El temor al impacto de la crisis derivada por la restricción a la actividad decretada para evitar el contagio del virus movió al sector a anticipar dotaciones, toda vez que el estado de alarma se aprobó el 14 de marzo y la parálisis de la actividad fue instantánea.

La hucha de saneamientos subió así desde 93.609 millones a 96.712 millones de euros en un solo mes, rompiendo la tendencia a la baja casi inexorable que había tenido desde que en el año 2012 marcó un récord en 192.578 millones, según revelan las estadísticas del Banco de España.

Gran parte de los ajustes están en activos o carteras diferentes al crédito, cuya hucha crece también, pero en apenas en 1.000 millones de euros, pasando así el colchón creado para encarar fallidos en financiación desde 35.887 millones a 36.983 millones de euros en solo el mes de marzo.

Con esta red, la banca tiene un cajón que cubre al 64,49% su exposición considerada de dudoso cobro. Es decir, cualquier préstamo donde su titular ha impagado, al menos, tres cuotas de amortización.

El saldo de préstamos dudosos repuntó en marzo desde 57.035 a 57.340 millones, pero apenas representa el 4,79% de la financiación total que la banca y los establecimientos financieros de crédito tienen con clientes. La tasa de morosidad es además inferior al 4,81% que suponía en febrero y alejado del 5,72% que representaba un año atrás.

Su descenso tiene lugar pese a que ha repuntado el saldo total de dudosos en algo más de 300 millones de euros gracias a que creció el saldo total financiado sobre el que se calcula el ratio de morosidad en un 1,01% frente a febrero.

Así superó los 1,19 billones de euros frente a los 1,18 billones contabilizados en febrero coincidiendo con la fuerte reactivación del crédito a empresa y autónomos con las medidas aprobadas por el Gobierno para garantizarles financiación a fin de que puedan transitar la crisis sin despedir ni cerrar los negocios.

La banca está convencida de que la parálisis en la actividad causará una contracción de la economía que puede llegar a dos dígitos y repuntará la morosidad, aunque se hayan articulado medidas para aliviar la carga a familias y empresas como las moratorias en los pagos. Confía, sin embargo, en que sea manejable gracias a dichas medidas, que tanto familias como empresas cuentan con finanzas más saneadas que en la crisis del 2009-2013, y el propio sector financiero dispone de más provisiones, liquidez y capital que entonces.