En este acto organizado por Nueva Economía Fórum, Núñez explicó que no ve las ventajas que puede tener para una compañía aglutinar negocio en España cuando tiene el foco puesto en el exterior.

Indicó que la actividad en construcción nacional representa solo el 10% de la actividad global en todo el mundo, desde 2010 “ha caído drásticamente” y se destinan cada año 27.000 millones de euros menos en inversión pública.

Por otra parte, destacó que las empresas españolas de construcción llevan décadas internacionalizadas y en ello “la seguridad jurídica y la coyuntura reputacional de los países es importante”.

En este sentido, destacó que Rusia “viene siendo una gran promesa” pero “no termina de ser un país con todas las facilidades para captar y atraer la participación de empresas españolas”.

Sin embargo, consideró que ahora no es “el mejor momento” para salir al exterior porque “no es tan fácil compensar una caída de la actividad nacional”.