Con el programa español el Consorcio de Compensación de Seguros acepta en reaseguro riesgos del seguro de crédito y de caución que generen pérdidas máximas de 300 millones de euros en 2020 y 200 millones en 2021, condicionado este último al interés general, detallan fuentes de Unespa.

La protección se restringe, por tanto, hasta el cierre del próximo año y con obligación de devolución de las ayudas recibidas en 10 años mediante un reaseguro con limitaciones en favor del Estado y en competencia y contraste con programas bien nutridos en países vecinos.

El programa de Alemania multiplica por diez la protección, hasta alcanzar los 30.000 millones sin necesidad de devolver la ayuda y con el compromiso de mantener los límites de crédito en situación de precrisis, idéntica condición a la existente en Holanda, donde asciende a 13.000 millones, y en Dinamarca, con 4.000 millones.

En Francia la cuantía del programa es de 10.000 millones, sin dicha condicionalidad, y en Bélgica deben evitar que los límites de crédito caigan más del 15%, siendo su programa de ayudas de hasta 900 millones. En ninguno de estos países se prevé el reintegro de las ayudas, a diferencia de España. Aquí se exige además tener un volumen mínimo de negocio de 15 millones para optar al esquema, mientras que el resto de países no existe esta condición.

Precisamente la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, lamentaba esta mañana el escaso apoyo público, pese a ser una buena herramienta para a la recuperación empresarial, al ser “esencial para recuperar la confianza en las transacciones”. Durante su intervención en la cumbre empresarial de la CEOE, relató que este tipo de seguro ha merecido el apoyo público “en la mayor parte de los países europeos y que aquí, lamentablemente, no ha pasado de un mero amago”.

El presidente de Mapfre, Antonio Huertas, iba más allá en el mismo foro y relataba que el Ejecutivo había planteado un programa que el “el sector asegurador ha rechazado de manera unánime”, pero resulta clave favorecerlo porque es “un valiosísimo” seguro “para garantizar el tráfico comercial entre empresas”.

“Todos los países de nuestro entorno: Alemania, Italia, Francia han aprobado paquetes multimillonarios para apoyar el mantenimiento de este negocio, que es clave para apoyar la recuperación de las pymes”, resaltó Huertas, y auguró que “si no se protege al seguro de crédito la recuperación de las pymes será mucho más complicada en los años venideros”.

La propuesta de la industria aseguradora para hacerlo efectivo y eficiente es que se dote de ayudas públicas al seguro de crédito a través de un reaseguro sin devolución, como en Europa, elevar su dotación presupuestaria y situarla en niveles europeos, además de revisar los aspectos técnicos del acuerdo, indicaron fuentes de la patronal.

Su demanda incluye extender la protección a la siniestralidad del seguro directo de forma que beneficie también al reaseguro y el apoyo al seguro de caución, así como crear un fondo ‘ad hoc’ para reactivar el apoyo público al seguro de crédito y de caución en crisis económicas catastróficas en el futuro que permanezca en el tiempo y sea administrado y gestionado por el Consorcio de Compensación de Seguros. Su financiación, proponen, sería a través de recargo sobre las primas de esas pólizas como ocurre con otros riesgos que respalda el Consorcio.

El seguro de crédito da confianza y estabilidad en los negocios al proteger las ventas a crédito entre empresas privadas -el asegurado se blinda contra las pérdidas derivadas del impago en sus ventas-. En España el crédito proveedor representa el 40% de la financiación de las empresas y el valor total de las ventas a crédito aseguradas alcanza los 2.000 millones.

En Unespa indicaron que los países europeos “han tomado medidas en sus jurisdicciones para proteger las transacciones económicas de las empresas” a través del seguro de crédito, aprovechando la excepción de la Comisión Europea a la política de Ayudas de Estado

“En ausencia de estos esquemas las aseguradoras no podrían garantizar unas condiciones razonables de cobertura para el comercio entre empresas”, alertan desde la patronal. En su ausencia avisan de que el seguro de crédito “se debate entre su misión de proteger a sus asegurados y la necesidad de mantener su solvencia”, lo que puede redundar en una menor capacidad de aseguramiento y más cara para los clientes.

En Unespa resumieron que el programa español cuenta con una dotación “escasa” que no contribuye a mantener el nivel de aseguramiento de las transacciones económicas en un nivel precrisis ni a ayudar a la recuperación del tejido empresarial español. “Si las entidades no revisan las calificaciones de crédito y sus políticas de suscripción, las pérdidas podrían alcanzar los 1.200 millones”, indicaron en la patronal.