Randstad ha analizado la última oleada del estudio Randstad Workmonitor realizado a profesionales de 33 países y ha revelado que, desde el comienzo de la crisis sanitaria, el 68% de los trabajadores en España ha tenido la posibilidad de modificar su jornada laboral para poder conciliar.

Este porcentaje se sitúa por debajo de la media global del 73% y de los principales países europeos analizados como Alemania (76%), Francia (73%), Reino Unido (73%), Países Bajos (71%) e Italia (69%). De los países europeos, únicamente Portugal se sitúa por detrás de España, con un 67%.

El estudio también pone de manifiesto que sólo el 64,4% de las mujeres trabajadoras en España tienen flexibilidad de horario para poder conciliar su vida laboral y familiar, mientras que entre los trabajadores varones este porcentaje es superior, del 72,2%.

Del mismo modo, se perciben diferencias en cuanto a la edad de los profesionales. Los que cuentan con menos de 25 años son los que más problemas tienen para variar sus jornadas laborales, ya que sólo es posible entre el 51,5% de estos trabajadores. Entre los profesionales de entre 25 y 45 años se posibilita la flexibilidad laboral en un 68%, mientras que entre los mayores de 45, este porcentaje es del 71,8%.

Randstad detecta que la flexibilidad de horarios también depende del nivel formativo. Así, el 70,3% de los profesionales con estudios superiores disfrutan de esta medida de conciliación, el 65,5% de quienes cuentan con formación secundaria y apenas el 60% entre los que disponen de educación primaria.

Por otra parte, el estudio destaca que el 64% de las empresas en España espera que los trabajadores estén disponibles más allá de su horario laboral, tres puntos porcentuales por encima de la media internacional (61%), lo cual redunda negativamente en las posibilidades de conciliación. Además, es el segundo de toda Europa en el que los empleadores tienen menos en cuenta los límites de la jornada laboral, solo por delante de Portugal (72%).

Pese a ello, el 80% de los trabajadores en España considera que se ha adaptado de manera satisfactoria a los cambios en su entorno laboral provocados por la pandemia del Covid-19.