Desde Bilbao, valoró así la publicación de la encuesta de Sigma Dos para ‘El Mundo’ que señala que el PP ya estaría a menos de tres puntos del PSOE en intención de voto. Según este sondeo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lograría el 28,7% de los apoyos y el principal partido de la oposición se haría con el 26%.

Casado aludió así a las expectativas electorales de su formación con encuestas que le sitúan “casi en un empate técnico” con los socialistas por estar “en el entorno de dos puntos hacia arriba o hacia abajo por la distribución asimétrica de los escaños dependiendo de la provincia y de su población en el sistema electoral español”.

En todo caso, el líder de la oposición se declaró “muy prudente con las encuestas”. Eso sí, marcó diferencias entre los estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que “nadie se cree”, y otros sondeos de “institutos independientes y prestigiosos que sí muestran una tendencia”.

Explicó que esta tendencia supone que el PP “ha subido 10 puntos en intención de voto” en el último año y 5 puntos en los últimos seis meses. “Eso es una tendencia hacia cuál es nuestra labor de oposición y es una oposición que se acabará viendo por parte de todo el mundo que es firme y responsable”, remarcó el presidente de los populares.

Incidió en que forma parte de su “deber” de oposición denunciar los “errores muy graves” del Gobierno en la gestión de la pandemia. Aseguró, no obstante, que esto se puede conjugar con la responsabilidad a la hora de “tender la mano” para llamar a fraguar pactos de Estado o apoyar medidas como el Ingreso Mínimo Vital.

Sin embargo, se quejó de que “ha sido rechazada por el Gobierno” esa “mano tendida” que incluso le llevó a respaldar sin contrapartidas tres prórrogas del estado de alarma y a abstenerse en una cuarta ocasión mientras ofrecía alternativas a la situación de excepcionalidad que se decretó en España el pasado 14 de marzo y finalizó el 21 de junio.

Casado recordó que ha propuesto un pacto de Estado en materia sanitaria, un plan de choque económico, el impulso de una oficina nacional para ayudar a los familiares de las víctimas, la creación de una comisión en el Senado para evaluar la atención social y también un plan jurídico para evitar “volver a un estado de alarma indiscriminado” si se dieran rebrotes del coronavirus.

El líder del PP mantuvo la incógnita sobre la postura que adoptará en la votación del decreto de la denominada ‘nueva normalidad’, pero sí confirmó los contactos que en materia sanitaria siguen teniendo el ministro Salvador Illa con la portavoz de los populares en la comisión de reconstrucción, Ana Pastor; o los que tiene la vicepresidenta Nadia Calviño y el ministro José Luis Escrivá con la vicesecretaria popular Elvira Rodríguez.

También aludió a conversaciones entre el secretario de Justicia e Interior del PP con los ministros del ramo. Pese a estos contactos entre dirigentes populares y socialistas, acusó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de “romper algunos consensos no escritos durante 40 años democracia” al no avisar de la renovación del Centro Nacional de Inteligencia, no consensuar el Consejo Nacional de Seguridad Nuclear ni tampoco la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

Pese a todo ello, el líder del PP aseguró que “siempre ha estado dispuesto a dialogar”. “Espero que Sánchez acepte el pacto de Estado por la sanidad. Sería legar a nuestros hijos un pacto como que se hizo para las pensiones y no entendería la razón por la cual el PSOE se opusiera a sacar de la confrontación partidista la atención sanitaria”, remachó.