Iglesias respondió a dos preguntas en la sesión de control al Gobierno. Una del secretario general del PP, Teodoro García Egea, sobre "cuáles son las prioridades del Vicepresidente Segundo para el presupuesto 2021", y otra del portavoz adjunto de Ciudadanos, Edmundo Bal, sobre si "cree que las políticas sociales que se han puesto en marcha desde su Vicepresidencia han sido eficaces para poder superar esta crisis sanitaria y que lo serán para evitar futuros rebrotes de la pandemia? Pero, como de costumbre en las preguntas de García Egea, dieron pie a un intercambio que se diversificó en múltiples temas colaterales.

García Egea comenzó diagnosticando un miércoles más que Iglesias sólo es vicepresidente porque al presidente, Pedro Sánchez, “no le ha importado engañar a todo su partido y sus votantes” puesto que en campaña se distanció mucho de Unidas Podemos. Luego criticó en general al Gobierno por no detectar que un enfermo de covid entrara por Barajas y recorriera toda España sin ser detectado, y pidió que “no convierta a Barajas en el nuevo 8-M”, ocultando toda la información al respecto.

Iglesias citó al histórico revolucionario francés y posterior asesor de Napoleón Talleyrand para desdeñar la supuesta exageración del PP, señalando que “lo exagerado en política es insignificante”, y, respondiendo propiamente a la pregunta, que el Gobierno trabajará para tener unos Presupuestos que defiendan el interés general.

En su réplica, el número 2 del PP criticó que, cuando al Gobierno “no le gusta la realidad, la oculta”: en la cifra de fallecidos por coronavirus, en los informes que desaconsejaron las manifestaciones del 8-M y supuestas llamadas de las residencias de mayores que desatendió porque no quiso “asumir la responsabilidad del mando único”.

Por último, se hizo eco de la información publicada hoy por ‘El Confidencial’ según la cual la Fiscalía Anticorrupción informó a Iglesias con antelación de cosas del sumario del ‘caso Dina’, le preguntó directamente si le han filtrado información y terminó preguntando por qué atendía esas llamadas de la Fiscalía y no las de las residencias.

Iglesias retó al PP a que, “si nos quieren acusar de algo, vayan a los tribunales”; y, sin contestar a su caso personal dio por acreditado en la comisión parlamentaria que se constituyó en su día que el PP “construyó una cloaca policial y mediática para investigar a sus adversarios políticos”, o que fue “una de las mayores traiciones a la democracia”.

Finalmente, llamó a conjeturar qué habría pasado en la actual pandemia si el PP hubiera gobernado España, y lo hizo extrapolando la política del Gobierno de la Comunidad de Madrid, para concluir que se habrían privatizado centros y servicios hospitalarios y se habría precarizado a sus profesionales, cuando traicionarles ahora “es traicionar a España”.

PREGUNTA DE CIUDADANOS

Por su parte, a Bal, quien formuló su pregunta registrada añadiendo sólo si los colectivos vulnerables se verán protegidos en caso de rebrote, comenzó contestándole con su habitual reivindicación de que la respuesta el Gobierno a la actual crisis “ha sido exactamente la contraria” a como se respondió a la de 2008: una salida social protegiendo a los colectivos vulnerable y el interés general, en las que prometió que seguirá trabajando el Ejecutivo.

El portavoz adjunto de Ciudadanos sí bifurcó su réplica en múltiples temas. Primero, le recriminó que “no ha estado a la altura de la responsabilidad” al saltarse la cuarentena y se mostró “absolutamente incompetente” como mando único de las residencias, respecto a las cuales le preguntó por “alguna medida” que haya tomado. Como antes García Egea, aventuró que Iglesias debía de tener “muchas llamadas perdidas, no contestadas, de gente que le pedía ayuda”.

Bal tachó también de “muy sectaria” la gestión del Gobierno central. En esa línea, defendió al de Madrid, del que dijo que se adelantó en sus medidas de prevención, y reprochó a Unidas Podemos que llame “golpistas” a Vox mientras se alía con EH Bildu en su petición de investigar a Felipe González y los GAL en el Congreso, lo que a su juicio supone “erosionar los cimientos de nuestra democracia”.

A la vez, se quejó de que Unidas Podemos votara en contra de la proposición de ley anticorrupción que registró Ciudadanos y le preguntó si será por el ‘caso Dina’, donde “le han retirado la condición de víctima porque no había cloacas del Estado y Villarejo no le robó a usted la SIM (del móvil de Bousselham). “¿Por qué ha tardado tanto en devolver (a su propietaria) esa SIM y la devolvió destruida?”, le preguntó.

El diputado de Cs cambió otra vez de tema al final para preguntar a Iglesias si de verdad quiere derogar íntegramente la reforma laboral que permite los ERTE, le acusó de que “no luchan por los trabajadores” sino “contra las empresas”, lo que al final supone perjudicar a los trabajadores, y terminó pidiéndole que se sume a los consensos que demanda la sociedad.

El vicepresidente, en su réplica, citó a la directora gerente del FMI y su defensa de que los gobiernos “gasten tanto como puedan” para inyectar dinamismo a la economía y, respecto a los consensos, respondió a Bal que “lo importante de los acuerdos es el contenido”, y que los de Ciudadanos son “con la derecha y la ultraderecha”.

Respecto al rechazo de Unidas Podemos a la proposición de ley anticorrupción, lo justificó diciendo que este grupo está “contra la corrupción y contra los corruptores también”, y por tanto le gustaría una norma que permitiera “investigar a amigos suyos tan importantes como (Kike) Sarasola”, el empresario que alojó temporalmente a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante el estado de alarma.