“La ampliación de los ERTE hasta el 30 de septiembre era necesaria y, sin duda, va a contribuir a paliar económica y socialmente la grave situación que atraviesan miles de empresas turísticas, pero los esfuerzos realizados hasta el momento para mantener el empleo se verían comprometidos en sus resultados si no vamos un paso más allá”, argumenta el presidente de la Mesa del Turismo, Juan Molas.

De manera específica alerta de que la “tímida” reactivación turística “no va a salvar de ninguna manera la temporada de verano”, lo que hace que las previsiones económicas “disten mucho de ser optimistas” para la industria y en algunos subsectores, como las agencias de viajes y el segmento MICE -reuniones, congresos, incentivos y eventos-, planee “una seria incertidumbre de supervivencia” sobre sus empresas.

Según la Mesa del Turismo, la nueva configuración de los ERTE “puede ofrecer una respuesta a subsectores donde la actividad está restringida”, pero habrá otros que no van a estar en condiciones de sacar a sus plantillas de los ERTE por causa de fuerza mayor el 30 de septiembre. “Sólo si el plazo se amplía o reciben ayudas directas podrán aguantar el duro tirón de esta crisis con la que nadie contaba”, avisa.

La asociación denuncia además que las exenciones fijadas en las cotizaciones a la Seguridad Social en función del tamaño de las empresas “abre una brecha excesiva en las cargas sociales de unas y otras” y muestra su preocupación por cómo quede la situación para los trabajadores autónomos en los próximos meses.