Su objetivo es apelar a la responsabilidad individual de toda la ciudadanía, jóvenes y mayores, para controlar la situación sanitaria. A través de esta campaña, se invita a pensar en todos esos movimientos diarios que se realizan de manera automática y que son los que pueden provocar el contagio del virus (acercarse a las personas, tocarse, rascarse la nariz, tocarse la boca, no lavarse las manos cada vez que se toca algo que no es nuestro…).

Además, incide en la idea de que de cada persona depende también cumplir con las medidas básicas de higiene y distancia social que han de seguirse al relacionarse con los demás.

Se trata, en definitiva, "de recordar que todos y todas tenemos una responsabilidad individual en la transmisión del virus y que no podemos bajar la guardia porque la situación sanitaria haya mejorado: el virus sigue ahí".

Entre otros puntos, insiste en el uso de mascarillas, el mantenimiento de la distancia social, el lavado frecuente de manos, la evitación de aglomeraciones y la preferencia por los espacios abiertos.