Según explica la patronal aseguradora Unespa, este descenso se debe, principalmente, a la paralización económica generada por las medidas adoptadas para contener la Covid-19.

De los ingresos logrados hasta junio, 19.074 millones de euros correspondieron al ramo de no vida y los 10.878 millones restantes al de vida. Las líneas de negocio que más acusaron la pandemia fueron los seguros de vida, automóviles y diversos.

En concreto, la facturación del negocio de vida, reflejada en los ingresos por primas, menguó al cierre del segundo trimestre un 26,02% en términos interanuales. Este descenso se ha hecho sentir en el volumen del ahorro gestionado a través de seguros, que ha dejado de crecer.

El negocio de automóviles sufrió por su parte un descenso de sus ingresos del 2,95%, hasta los 5.694 millones. Esa caída acusa, especialmente, la paralización en la venta de vehículos.

Por su parte, los seguros diversos han presenciado un giro, si cabe, más pronunciado. Su facturación cayó un 1,7%, hasta los 4.698 millones cuando al acabar el pasado ejercicio avanzaban a un ritmo del 3,95%.

A pesar de los descensos experimentados por autos y diversos, la facturación del ramo de no vida se ha mantenido en positivo gracias la inercia de crecimiento registrada en enero y febrero, y al aguante de las restantes líneas de negocio.

Así, los seguros que protegen inmuebles crecieron un 2,86%, hasta los 3.988 millones, si bien ya se percibe una moderación significativa de este negocio. Entre tanto, la partida de seguros de salud repuntó un 4,97% a cierre de junio, hasta los 4.694 millones.