Medio ambiente

La Guardia Civil investiga a siete personas por presuntos delitos contra el medio ambiente

MADRID
SERVIMEDIA

La Guardia Civil está investigando a siete personas como presuntas autoras de delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, por realizar vertidos tóxicos a un arroyo aprovechando noches lluviosas para disimularlos.

Según informó este lunes la Guardia Civil, la operación 'Blackwater' se centra en siete personas pertenecientes a una misma familia, que dirigen dos empresas, y que presuntamente efectuaban vertidos contaminantes al dominio público hidráulico aprovechando los días de lluvia y la noche para evitar ser detectados.

La investigación comenzó en agosto del año pasado, cuando agentes del Servicio de protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de Jaén inspeccionaron las instalaciones de una empresa, en el término municipal de Mengíbar (Jaén), dedicada a la gestión de aceites y grasas de origen vegetal para su transformación en subproductos para la elaboración de biodiesel. Los agentes observaron cómo en una balsa próxima se estaba utilizando una manguera que vertía directamente sobre el terreno una sustancia oleosa fluyendo hacia un arroyo, y procedieron a la toma de muestras de las aguas residuales, que fueron entregadas para su análisis a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

También localizaron una balsa llena de un líquido oleoso de color negro intenso, en la que se acumulaban residuos plásticos procedentes de las materias primas utilizadas en la balsa sin impermeabilizar. Esta balsa tenía numerosas fugas sobre una superficie no impermeabilizada que también generaba un vertido en el terreno.

Los agentes comprobaron cómo habían sido realizados varios vertidos directos de aguas residuales industriales al cauce público, vertidos que se hacían coincidir con periodos de precipitaciones meteorológicas y que presentaban un fuerte olor y un color oscuro intenso que incrementaba el caudal del arroyo logrando deshacerse de los residuos industriales generados en el proceso de fabricación y así diluir los residuos entre aguas pluviales. Estos vertidos desembocaban en el Río Guadalbullón, afluente del Guadalquivir, espacio protegido por la Red Natura 2000.

Los investigadores sometieron a vigilancia dicha empresa y enviaron muestras para su análisis al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Sevilla. Las muestras contenían una alta concentración de metales pesados que debido a su especial toxicidad pueden causar daños a la calidad de las aguas receptoras, suponiendo un riesgo para el equilibrio de los sistemas naturales y que dependiendo del caudal y la continuidad de los mismos pueden causar daños a la calidad del suelo.

(SERVIMEDIA)
27 Jul 2020
CLC/man