Se trata de un cargo “no recurrente” que “no tendrá efectos en la determinación de la remuneración del accionista correspondiente al ejercicio 2020”, según detalló hoy la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Lo realiza tras alcanzar este mismo viernes un acuerdo con la representación sindical sobre la reorganización de las actividades y que permitirá la salida voluntaria de los citados 577 empleados.

La decisión de discontinuar sus centrales térmicas de carbón en la Penísula la comunicó la compañía a finales del pasado año dentro de su compromiso con la descarbonización y que pasa por acelerar en paralelo las inversiones en energías renovables, con el objetivo de que incorporen de 2,8 gigavatios (GW) de nueva capacidad en el periodo 2020-2022.

Con esa decisión inició un proceso negociado con la representación sindical para facilitar la reorganización e impulsar medidas formativas que “está permitiendo la recolocación interna de una parte del personal afectado”, junto a las salidas voluntarias que ahora espera.

El cierre de todas las centrales térmicas de carbón en España, incluidas la de As Pontes (a Coruña) y Litoral (Almería, que se sumarán a los cierres ya aprobados de Andorra (Teruel) y Compostilla (León), la aprobó su Consejo de Administración el 27 de septiembre del pasado año.

El anuncio lo enmarcó dentro de la “profunda” modificación en las condiciones de mercado que afectan a las centrales térmicas de carbón, derivadas fundamentalmente del precio internacional de las materias y la efectividad de los nuevos mecanismos de regulación del mercado de derechos de emisión de dióxido de carbono, que hace que “las centrales térmicas peninsulares de carbón no resulten competitivas”.

El valor neto contable del conjunto de centrales térmicas de carbón peninsular de Endesa ascendía en aquel momento a aproximadamente a unos 1.300 millones de euros, lo que ya incluía el importe estimado de la provisión para el desmantelamiento de estas centrales.