En un discurso de tan sólo quince minutos, Aznar recordó que sus tres objetivos cuando llegó al Gobierno fueron conseguir la paz en Euskadi, oxigenar España y modernizarla para lograr una mayor igualdad entre todos sus ciudadanos.

Aznar se presentó como alguien que ha hecho sus deberes, como el resto de los dirigentes populares en cada una de sus responsabilidades, y por ello pidió la confianza de los españles para revalidar una victoria electoral en la que confía y que, aseguró, se extenderá a las elecciones generales, "que tocarán el año que viene".

El último acto de la campaña popular discurrió en un ambiente festivo y tuvo que sortear no pocas dificultades de organización. El acto comenzó con la intervención del coordinador de Organización del PP, Pío García Escudero, y después participaron el alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano, y el presidente de la Comunidad madrileña, Alberto Ruiz allardón, que alargaron sus discursos ante el retraso en la llegada del resto de los participantes, incluido José María Aznar.

Entre las once y las once y veinte de la noche, los miembros de las listas municipal, autonómica y europea tuvieron que subir al escenario para rellenar el tiempo que, en principio, estaba destinado a las intervenciones del vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato, y del secretario general del PP, Javier Arenas, que habían estado en un acto electora esta misma noche e Albacete.

Ambos tuvieron problemas de transporte para regresar a Madrid, por lo que su llegada se retrasó. Primero, llegó Arenas, que mantuvo el tipo en el escenario hasta la entrada en el Palacio de los Deportes de la candidata al Parlamento Europeo, Loyola de Palacio, y José María Aznar, que venían desde Valladolid.

Finalmente, todos hablaron a los cerca de 12.000 asistentes, que no llenaron el recinto del Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.

El buen humor estuvo presente entodo momento. Fueron, sobre todo, los militantes Nuevas Generaciones, los que contribuyeron a generar anécdotas, como cuando pidieron a Ruiz Gallardón, a Rato y a Aznar que votaran. Sólo los dos últimos atendieron la petición y saltaron en el escenario.

ESFUERZO FINAL

En su discurso, Aznar pidió a todos los presentes "un esfuerzo especial de movilización" en la recta final antes de ir a las urnas el próximo domingo y defendió el talante correcto de toda la campaña porque "a nosotros no nos hace falt alardear con chulería, ni insultar a nadie".

Arenas repitió los mensajes dados durante la campaña y lanzó una dura crítica contra Felipe González, del que dijo que está cargado de "resentimiento y rencor". Su referencia a González fue acogida por el público con abucheos y pataleos, que Arenas se vio obligado a frenar en varias ocasiones, con el argumento de que el insulto y la descalificación no es el estilo de los populares.

En referencia a la pugna electoral en Madrid, Arenas dijo que las cara de José María Alvarez del Manzano y Alberto Ruiz Gallardón "son caras de gobierno", mientras que las de Fernando Morán y Cristina Almeida, sus contrincantes socialistas, "son caras de oposición".