En una entrevista en Telecinco, recogida por Servimedia, el jefe de la oposición repitió que no piensa “pasar ni una” en cuanto a casos de corrupción se refiere. “Si soy presidente del PP es porque tengo un compromiso con la regeneración que los afiliados nos encargaron en el último congreso”, donde se dijo que “no nos temblará el pulso”.

Subrayó que las personas de las que se habla en el ‘caso Kitchen’ no fueron en las últimas listas electorales del PP. Tras recalcar que este tema “se está instruyendo” y por tanto no hay condenas, señaló que su compromiso también pasa por que “esas personas vean su prestigio y honorabilidad restañado” si la Justicia determina que son inocentes.

Hasta entonces, admitió que “los españoles nos piden medidas ejemplarizantes” y que en el caso del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz se presentó un expediente informativo ante el Comité de Derechos y Garantías del PP “a los dos minutos de conocer la imputación”, según lo que marcan los propios Estatutos de la formación.

“Y si al final esa imputación pasa a juicio oral, tendrá una suspensión de militancia. Y, si al final es exonerado, entonces se reintegrará”, explicó, siguiendo lo que marcan los Estatutos del PP y recalcando que en este caso “no hay ninguna sentencia al respecto” mientras en el de los ERE sí existe.

“Es que Pedro Sánchez tiene a tres ministros que eran consejeros de Chaves y Griñán con los ERE”, subrayó. “Lo que Chaves y Griñán votaron sobre los ERE, que fue el robo de 700 millones de euros a los parados andaluces, lo votaron Carmen Calvo, María Jesús Montero y Luis Planas”, apuntó Casado.

Por tanto, rechazó toda lección de honorabilidad que pueda venir de parte del jefe del Ejecutivo. “Yo no tengo a ni un solo investigado, a ni un solo imputado, y no sólo en las listas, sino tampoco en el equipo del PP”, defendió, pidiendo que “se ponga de relieve” esa “diferencia”.

Finalmente, Casado también habló de lo que percibe como “un tipo de corrupción institucional”. Se refirió a que el CIS empieza a ser “una broma que no tiene gracia” con “una malversación de recursos públicos al servicio de un partido”. En este sentido, se revolvió contra la “ocupación” que ha hecho este Gobierno de las instituciones para tenerlas “al servicio del poder”.