El planteamiento de dejar en evidencia tanto a Sánchez como a la oposición es uno de los logros que el partido de Santiago Abascal espera sacar de esta iniciativa parlamentaria, que está condenada al fracaso sólo con los votos de las formaciones del Gobierno (PSOE y Podemos) y de las fuerzas que posibilitaron la investidura, desde ERC al PNV. La moción también tendrá el voto en contra de Ciudadanos y está por aclarar qué hará el PP.

Con la derrota por delante, Vox tiene como objetivos rentabilizar la moción ante la opinión pública, algo que harán en el debate el propio Abascal, como candidato a la Presidencia, e Ignacio Garriga, diputado y líder de este partido en Cataluña, que hará la exposición inicial de los motivos de esta censura contra Sánchez.

Otro beneficio que espera sacar Vox es acentuar el debate en otros partidos, algo que puede afectar más a PP y Ciudadanos, parte de cuyos seguidores pueden no entender que se rechace la moción contra Sánchez, a pesar de que los dirigentes de estas fuerzas políticas critican duramente a presidente tanto por su gestión de la pandemia del Covid-19 como de las consecuencias sociales y económicas que está provocando.

“DOS POR UNO”

A este respecto, el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa, dijo este sábado en Esradio que la moción de censura se vota de forma individual, por lo que tienen “alguna esperanza en que haya suficientes diputados con la conciencia suficientemente desarrollada como para asumir una responsabilidad individual que es muy importante”. Añadió que esperan este gesto de miembros de diversos partidos.

En cuanto al discurso que hará Abascal, este dirigente político ya ha apuntado en las últimas semanas que es urgente echar a Sánchez, puesto que encabeza “el peor Gobierno en el peor momento posible” para España. Al mismo tiempo, Vox está difundiendo ya en las redes sociales que presentará la censura contra el presidente como una “cuenta atrás contra la mafia”, al entender que el Gobierno es manejado por “mafias” como el independentismo catalán, la que forman los “herederos del terrorismo”, por EH Bildu, o la de dictaduras sudamericanas, como el chavismo.

Por lo que respecta al Gobierno, sus ministros ya ensayaron en la última sesión de control del Congreso la estrategia a seguir durante la moción de censura, que sería "un dos por uno". Se trataría de aprovechar la oportunidad que le brinda Vox para ignorar a este partido y convertir al líder del PP, Pablo Casado, en el centro de sus ataques, vinculándolo continuamente por la ultraderecha.

Toda hace indicar, según las fuentes socialistas y gubernamentales consultadas por Servimedia, que la vicesecretaria general del PSOE y portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, será la que intervengan en nombre de los socialistas, mientras que el presidente del Gobierno dará réplica y defenderá su gestión, si bien es tu último ha estado cuestionamiento. En La Moncloa han valorado la posibilidad de que Sánchez no sea el que dé respuesta en nombre del Ejecutivo y, algunas fuentes de Presidencia, no confirman la intervención del jefe del Ejecutivo en el debate.

“REGALO A VOX”

En cuanto al PP, la portavoz de este partido en el Congreso, Cuca Gamarra, sostuvo este viernes, en una entrevista con Servimedia, que la moción “es un regalo que le hace Vox” a Sánchez, porque la foto será la de un presidente “fortalecido porque no hay posibilidad de cambiar el Gobierno que tenemos”.

Gamarra no aclaró, sin embargo, cuál será el voto de los populares. “Es una decisión que corresponde al presidente de nuestro partido, Pablo Casado, y es a él al que le toca tener la responsabilidad de adoptarla y seguro que la que adopte será la mejor, no para el partido, sino para España”.

Por lo que se refiere a Ciudadanos, su portavoz en la Cámara Baja, Edmundo Bal, ya indicó este viernes que su partido votará en contra de la moción de Vox contra Sánchez, puesto que es una iniciativa “inoportuna” además de “inútil”.

Bal informó de que será la presidenta de su fuerza política, Inés Arrimadas, la que defenderá la posición naranja en ese debate. El portavoz de Ciudadanos lamentó que este debate vaya a tener dos días ocupados a los diputados con discursos en los que “ojalá que no, pero me imagino, visto lo visto, que volveremos al frentismo, a la guerra de trincheras y a la crispación”, en vez de propiciar la tregua política necesaria vencer a la pandemia.