Con esa declaración, el Gobierno se comprometió a adoptar 30 líneas de acción prioritarias para combatir el cambio climático con políticas transversales, cinco de ellas en los primeros 100 días: llevar al Parlamento un proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, definir una estrategia de descarbonización a largo plazo de España para alcanzar la neutralidad climática como muy tarde en 2050, presentar el segundo Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, poner en marcha una Asamblea Ciudadana del Cambio Climático e impulsar los llamados Convenios de Transición Justa en las comarcas mineras. Sin embargo, ese calendario se ha modificado por la pandemia del coronavirus.

XR Madrid consideró "imprescindible" que el Gobierno convoque la asamblea ciudadana y apuntó que "no hay ninguna razón ni sanitaria ni social ni económica ni política" para no hacerlo "si se realiza con las suficientes condiciones sanitarias.

Además, apuntó que la asamblea ciudadana "tampoco retrasa la toma de decisión en período de crisis", puesto que ya se celebraron en Francia y Reino Unido en la primera ola de la pandemia del coronavirus.

"El actual estado de la democracia con partidos políticos relacionados íntimamente con el sector contaminante (Endesa, Enagás, Iberdrola, Repsol) hace que sea difícil sino imposible que se legisle para solucionar de una forma rápida la emergencia en la que nos encontramos. Las políticas de reconstrucción social y económica no deben centrar su atención en recuperar los niveles de crecimiento económico previos a la declaración de alarma, lo que conllevaría que nuevamente el clima, la biodiversidad y la justicia social paguen el costo de la recuperación. Frente a cualquiera otro, el objetivo prioritario de la comunidad debe ser mantener las condiciones que garantizan la continuidad de la vida y su sustento", recalcó.

Para XR Madrid, la asamblea ciudadana debe contar con tres puntos básicos: que sus decisiones sean tomadas en cuenta por el Gobierno y del Congreso de los Diputados, que se traten los temas esenciales para solucionar la emergencia climática, la crisis ecológica, de salud humana y del planeta y la lucha contra la desigualdad, y que participe en las directrices para el reparto de los fondos europeos ante la crisis del coronavirus.