Tráfico señaló este viernes que durante la campaña fueron controlados 2.308 vehículos destinados al transporte escolar y 860 conductores resultaron denunciados, sobre todo por irregularidades administrativas.

"La preocupación de la DGT para que el transporte de menores se realice de forma segura, lleva a los agentes a realizar permanentemente controles en este tipo de vehículos", apuntó el organismo dirigido por Pere Navarro.

Cabe destacar que tres conductores dieron positivo en la prueba de detección de drogas, mientras que ninguno lo hizo por alcohol. Todos cumplieron los límites de velocidad establecidos.

Los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil formularon tres denuncias al detectar anomalías en el funcionamiento de los cinturones de seguridad en los vehículos que los llevaban incorporados.

LAS MÁS NUMEROSAS

Como es habitual, las irregularidades administrativas fueron las que mayor número de denuncias generadas. Por ejemplo, un total de 565 vehículos no disponían de la autorización especial para realizar transporte escolar y 287 carecían de un seguro de responsabilidad ilimitada, como exige la ley.

Los agentes también comprobaron que 48 vehículos controlados presentaban deficiencias en las puertas de servicio y emergencias, así como en sus dispositivos de accionamiento, y otros 17 no tenían en regla la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).

Además, otros 72 vehículos no llevaban la correspondiente señal V-10 de transporte escolar y otros 17 carecían del dispositivo luminoso con señal de emergencia.

Cuatro conductores fueron denunciados por exceso de tiempo de conducción o minoración del descanso y otros 12 por no llevar a bordo del autocar una persona encargada del cuidado de los menores cuando así procedía.