Según la patronal eólica, el Ministerio para la Transición Ecológica debería avanzar en el diseño de estas subastas de eólica marina para, una vez solventada la ordenación del espacio marítimo, poder convocarla en el plazo de tiempo más corto posible.

Para la AEE, Canarias cuenta con las condiciones favorables para iniciar el despliegue de la eólica marina flotante, basándose en el coste evitado para el sistema eléctrico y para los Presupuestos Generales del Estado.

De hecho, recuerda que en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, el Gobierno ya ha detectado la oportunidad en el corto plazo que tendría la utilización de los territorios insulares de Canarias como tractores y “punta de lanza” para el despliegue de la eólica marina, por su mayor impacto en la reducción de emisiones de GEI y por el factor del coste.

De hecho, la AEE destaca que España podría liderar el posicionamiento europeo en eólica marina flotante, convirtiendo a la Península Ibérica en un 'Hub' de cadena de valor completa de esta tecnología.

A este respecto, valora que España cuenta con un fuerte tejido empresarial, industrial y de innovación muy focalizado en la eólica marina flotante, el cual le permite abarcar prácticamente la totalidad de la cadena de valor, a pesar de no contar con ninguna instalación en el país.

“Estas condiciones favorecen que España apueste por ejercer un papel de liderazgo en el desarrollo de la eólica marina flotante, lo que supondría un vector de desarrollo económico importante para muchas regiones, así como una herramienta adicional para implementar las estrategias de transición justa hacia sectores renovables con una fuerte implantación industrial y capacidad de generación de empleo”, afirma la patronal.

España cuenta con 6.000 kilómetros de costa en los que existe recurso eólico estable y abundante. Sin embargo, por diversos factores, la eólica marina apenas ha tenido desarrollo, más allá de algunos proyectos puntuales de investigación, en contraste con la eólica terrestre y con otros países europeos.

Por último, señala que el avance que ha experimentado la eólica flotante en los últimos años constituye un vector de desarrollo adicional para España, al abrir la puerta a nuevos emplazamientos más alejados de la costa, con factores de capacidad muy elevados, y que permiten una disminución sustancial del impacto ambiental y visual respecto a los proyectos presentados hace más de una década.