Así lo dijo durante el turno de réplica en el Congreso de los Diputados en el debate sobre el estado de alarma tras recordar el acto por el 40 aniversario del 23-F. "Lla democracia entonces venció al miedo, la sociedad española se sacudió todos sus temores”, subrayó.

Sánchez señaló que, entonces, España enfiló el rumbo de cuadro décadas "que son, probablemente, las mejores de la historia de España. Pero me preocupa que, 40 años después, se repitan en esta Cámara estrategias de desestabilización y de intolerancia que creíamos olvidadas”.

“La oposición no está hecha para derribar gobiernos, sino para mejorarlos. No debe buscar el caos, sino la cooperación”, ensalzó el jefe del Ejecutivo.

“Me duele escuchar en esta Cámara discursos y acusaciones que no buscan el entendimiento sino la destrucción, me duele la deslegitimación que hay por parte de algunas fuerzas políticas a este Gobierno que es legítimo”, defendió.

Sánchez, que definió el fallido golpe de Estado como el “último estertor grotesco” de la dictadura, pidió mirar "de vez en cuando" las marcas que dejaron en el techo del hemiciclo los disparos de aquel día, que se mantienen "como recordatorio de la infamia y del fanatismo”.

El presidente reconoció la figura de Adolfo Suárez por su “ejemplo y compromiso” con España, palabras que pronunció mirando al hijo del expresidente, Adolfo Suárez Illana, miembro de la Mesa del Congreso, quién evidenció gestos de agradecimiento mientras se escuchaban aplausos de los diputados.