Así lo trasladó la portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros cuando se le preguntó por la situación política tras las fallidas mociones de censura contra los gobiernos autonómicos en Murcia y Castilla y León.

Inicialmente, Montero rechazó que el Ejecutivo de Pedro Sánchez haya estado detrás de las mociones porque "el Gobierno no presenta ninguna moción de censura" sino que son los partidos.

Montero aprovechó varias de sus intervenciones para criticar la llamada a las urnas de Ayuso en mitad de la pandemia porque “en nada se parece” a las convocatorias a las elecciones en País Vasco y Galicia, que “tocaban”, y en Cataluña, que derivó por la “inhabilitación” del presidente Quim Torra y su salida del Ejecutivo catalán. La inhabilitación y salida de Torra del Gobierno catalán fue a final de septiembre y las elecciones el 14 de febrero.

Montero criticó que la presidenta de Madrid decidió la convocatoria electoral después de que “horas antes” pusiera en valor que su Ejecutivo de coalición estaba coordinado, unido, estable y era “el mejor Gobierno que se podía tener”. Por lo que, añadió, “no había ningún elemento que produjera una crisis de gobierno en la Comunidad de Madrid”.

Para la portavoz, la “convocatoria es gratuita y no obedece” ningún mandato sino que responde “más a intereses partidistas, de cálculo electoral” porque “nunca” había mostrado Ayuso estar “insatisfecha” de su Gobierno de coalición, sino más bien “todo lo contrario”.

La portavoz se remitió a los partidos políticos y a su “libertad” para justificar la presentación de las mociones de censura con la pretensión de “reconducir” la situación de cada territorio en función de su apreciación sobre la gobernabilidad de cada uno de ellos, pero "no debemos confundir” una situación con otra.

Así, dijo que en Murcia la iniciativa responde a que fueron los propios integrantes del Gobierno de Murcia -en alusión a la cuota de Ciudadanos dentro de la coalición que presidía Fernando López Miras- la que expresó sus "quejas y reproches" por la administración de vacunas a dirigentes políticos a los que no les correspondía sin que ello se saldara con dimisiones, obviando la salida del entonces consejero de Sanidad por esta cuestión.