Así lo propuso en la primera sesión del debate de investidura de Aragonès, en una intervención en la que constató que JxCat se abstendrá en la primera votación, de hoy, y repitió varias veces que, para hacerle presidente en la segunda, hace falta que ambas partes lleguen a “un buen acuerdo” para formar un Gobierno “fuerte y estable” que dure cuatro años.

Batet partió del 52% de votos que recibieron las fuerzas independentistas en las elecciones del 14 de febrero para recalcar que no es lo mismo que cuando tenían el 48% para “avanzar juntos para la independencia”.

Lamentó que últimamente no ha habido una “respuesta unitaria” a la represión y repitió varias veces que el Gobierno español del PSOE de Pedro Sánchez actúa respecto a Cataluña igual que el del PP de Mariano Rajoy.

Así, llamó a ERC a “recuperar el espíritu de lealtad y confianza mutua del 1 de octubre”, lo que cree que es el “mensaje inapelable” de los comicios de febrero que arrojaron casi un empate de 33-32 en número de escaños entre ambos partidos separatistas. Y lanzó que el referéndum “tiene que tener consecuencias” porque “no hemos llegado aquí para nada”.

Abanderando esa unión, dijo que “sería incomprensible que una parte del independentismo deslegitimara el referéndum" y “sería injustificable que los sacrificios individuales no sirvieran para nada”. Así, ahora que tienen “conocimiento de cómo actúa el Estado”, llamó a reforzar sus fortalezas y corregir sus debilidades.

Entre las fortalezas, se mostró dispuesto a “dar una oportunidad a la mesa de diálogo” promovida por ERC con el Gobierno español, pero a la vez defendió una “bifurcación” que incluya política en Europa, fuera de la represión española, y ahí destacó al Consell de la Republica como “clave” porque actúa de forma colegiada lejos de tal represión.

Batet concluyó que JxCat quiere “un gobierno de coalición, no de colisión” ni “imposición”, y pidió “una negociación con concreción” hacia la independencia, “no sin horizonte”. Aseguró que su formación no quiere nuevas elecciones ni hacer politiqueo, sino un Gobierno para cuatro años con “un horizonte plausible y transitable” hacia la independencia. En aras de ese objetivo, pidió a Aragonès que renuncie a la segunda votación de investidura “hasta que no haya un acuerdo de los 74 diputados independentistas”.