Según su declaración, la responsable de Caminando Fronteras fue expulsada de Marruecos y permaneció 32 días separada de su hija menor de edad "sin ninguna garantía de seguridad". Tampoco pudo recoger ninguna de las pertenencias que tenía en aquel país, donde ha vivido durante los últimos 20 años.

En un comunicado, Maleno denunció públicamente "la escalada de violencia de los últimos meses", y pidió a los gobiernos español y marroquí poner fin a este hostigamiento y una reparación por "el daño causado a lo largo de este tiempo". En concreto, se dirigió al Ministerio del Interior español, al que pidió mayor implicación en todo este proceso.

Varias ONG y ciudadanos anónimos han firmado una carta dirigida al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que reclaman "un reconocimiento del trabajo de Helena Maleno como defensora de derechos humanos y el impacto positivo de su labor para la democracia y el Estado de Gerecho".

En la misiva, recordaron los procesos judiciales abiertos contra ella --"fruto de montajes policiales"-- tanto en España como en Marruecos, de los que finalmente resultó absuelta.