Así lo anunció esta semana el titular de Consumo en una rueda de prensa tras la rúbrica de un convenio con la Gasol Foundation para colaborar en la lucha contra la obesidad infantil y en la que subrayó que la puesta en marcha de este etiquetado en España continúa su tramitación en un “proceso lento”.

Tras puntualizar que esta medida forma parte del acuerdo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos y que, por ello, “está en la hoja de ruta” de este Gobierno el poder implantarlo, insistió en que es el sistema que cuenta con el “mayor respaldo de la evidencia científica”, aunque “no sea la panacea”.

“Se trata de un problema complejo que hace falta abordar desde diferentes dimensiones y solo la suma de todas esas dimensiones y esas herramientas puede llevarnos a éxitos”, abundó, consciente de que a pesar del respaldo científico con el que cuenta este sistema “naturalmente, tiene ausencias” que España tratará de “corregir posteriormente” en relación a indicadores como el grado de procesamiento de los alimentos o la trazabilidad ecológica.

Garzón precisó que estas dimensiones no son contempladas en NutriScore, pero tampoco en otros etiquetados frontales disponibles en el marco de la Unión Europea en este momento, si bien “forman parte de la hoja de ruta del Ministerio de Consumo y también de la Comisión Europea”.

ETIQUETADO ÚNICO

A este respecto, valoró que el “horizonte” de la Comisión es “poder ir hacia un etiquetado único y, probablemente obligatorio, que pueda incorporar esas dimensiones”, al tiempo que incidió en que el próximo día 30 planteará al comisario de Justicia que la “posición” del Gobierno de España es que exista un “avance sustancial” en la implantación de un etiquetado obligatorio que incorpore “todas las dimensiones que están en la hoja de ruta de la Comisión Europea”.

Garzón reiteró que un sistema de etiquetado frontal del tipo NutriScore “permite” a la ciudadanía contar con “más información sobre lo que está consumiendo y que pueda elegir y llevar a cabo sus decisiones de consumo de manera lo más informada posible” así como “ir mejorando la calidad nutricional de la cesta de la compra”.

No obstante, hizo hincapié en que este tipo de sistemas “no te dice si un producto es bueno o es malo”. “Este Gobierno no le dice a la gente lo que tiene que comer”, agregó, al tiempo que puntualizó que lo que sí hace es “utilizar la evidencia científica” para “sugerir nuevas líneas de consumo que son mejores para la ciudadanía” en el marco de un “plan integral” que incluye la revisión de la fiscalidad de los productos menos saludables así como campañas de prevención, de sensibilización y de información.

Entre esos “mecanismos” también citó la actualización del código PAOS de autorregulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigidos a menores y que, a su juicio, “no funciona” para acabar con los índices de obesidad infantil en España.

Garzón ya avanzó hace unos días que en la “intención” de su departamento no está aplazar “en absoluto” la implementación en España de NutriScore y explicó que España “no innova nada” y solamente viene a “regular lo existente”.