Clima

El cambio climático acelera las avalanchas de glaciares de montaña

- Según la ESA

MADRID
SERVIMEDIA

El flujo de glaciares de montaña puede ser mucho más dramático de lo que se pensaba, desde unos 10 metros al día hasta velocidades más similares a las de las avalanchas, lo que acarrea terribles consecuencias potenciales para quienes viven tierras abajo, y su frecuencia es más común de lo que se pensaba debido al cambio climático.

Un equipo de 15 investigadores pertenecientes a instituciones de Argentina, Chile, Estados Unidos, Francia, Noruega, Rusia y Suiza acaban de publicar un artículo en la revista ‘The Cryosphere’ en el que indican, en el marco de la Iniciativa de Cambio Climático de la ESA (siglas en inglés de Agencia Espacial Europea), que los desprendimientos de glaciares han ocurrido con mucha más frecuencia de lo que se sabía y que, sorprendentemente, ocurre en los que están en lugares relativamente planos.

La creencia general es que los glaciares de montaña son de movimiento lento y su paso gradual por una ladera sólo resulta visible a través de una larga serie de imágenes satelitales o años de fotografías con lapso temporal.

Los glaciares son generalmente ríos de hielo de flujo lento que, bajo la fuerza de la gravedad, transportan nieve derretida en la cima de las montañas a lugares más bajos del valle, un proceso gradual que equilibra su ganancia de masa en la región superior con su pérdida de masa en lugares con menor elevación. Este proceso suele tardar muchas décadas. Dado que esto está influido por el clima, los científicos utilizan los cambios en la tasa de flujo de glaciares como un indicador del cambio climático.

Para algunos glaciares de todo el mundo, este flujo gradual puede acelerarse, de modo que avancen varios kilómetros en sólo unos pocos meses o años, un proceso llamado glaciar en alza. Después de un aumento, el glaciar generalmente permanece quieto y el hielo desplazado se derrite durante unas pocas décadas.

Aunque pueden bloquear ríos y crear lagos que pueden emerger repentinamente, estos eventos no suelen representar ningún peligro, ya que, por su propia naturaleza, tienden a estar en regiones remotas y escasamente pobladas, un hecho que significa que estos episodios a menudo sólo se conocen gracias a datos e imágenes de satélites.

Desde hace varios años, los científicos saben que un glaciar también puede desprenderse de la roca de la montaña y descender al valle a velocidades de hasta 300 kilómetros por hora como una avalancha de roca helada fluida.

DATOS SATELITALES

Sin embargo, el nuevo estudio señala que esos deshielos de glaciares son más frecuentes de lo que se pensaba. "Hemos sabido sobre los flujos de restos procedentes de glaciares que se rompen en altas elevaciones desde hace varias décadas. Sin embargo, hasta hace relativamente poco, nos sorprendió enormemente descubrir que los glaciares que descansan sobre lechos más planos también pueden desprenderse en su conjunto”, apunta Andreas Kääb, de la Universidad de Oslo (Noruega).

Esos episodios se notifican en raras ocasiones. De hecho, según Kääb, sólo salieron a la luz en 2002 después de que una enorme masa del glaciar Kolka (en un valle suavemente inclinado en la frontera ruso-georgiana) se desprendió y retumbó por el valle a unos 80 metros por segundo, llevando consigo unos 130 millones de metros cúbicos de hielo y roca que mataron a más de 100 personas.

"Usando datos satelitales, ahora hemos descubierto que tales eventos son más comunes de lo que podríamos haber imaginado y esto podría ser una consecuencia de un clima cambiante", recalca Kääb.

Los científicos utilizaron datos de diferentes satélites, incluyendo las misiones Copernicus Sentinel-1 y Sentinel-2 y la misión estadounidense Landsat, para documentar y analizar episodios de glaciares derretidos que ya se conocían, pero también para identificar desprendimientos de glaciares que no se habían registrado hasta ahora. Estudiaron 20 desprendimientos de glaciares ocurridos en 10 regiones diferentes, desde Alaska hasta los Andes y desde el Cáucaso hasta el Tíbet.

"Analizamos el momento de los acontecimientos, los volúmenes calculados, las distancias de desnivel, los rangos de elevación, las condiciones de permafrost, así como los posibles factores que desencadenaron estas avalanchas de glaciares. Aunque encontramos algunas características comunes, hay diversas circunstancias que pueden haber llevado a estos eventos. Sin embargo, hemos llegado a la conclusión de que, al menos en algunos eventos, los efectos de un clima más cálido, como el deshielo de los permafrost y la infiltración de agua derretida, bien pueden ser los culpables", resume Frank Paul, de la Universidad de Zúrich (Suiza).

Kääb sentencia al respecto: “La conclusión es que el desprendimiento de glaciares que descansan sobre roca plana son más comunes de lo que pensábamos”.

(SERVIMEDIA)
30 Abr 2021
MGR/gja