Marlaska se refirió a este asunto en el Pleno del Congreso, donde el diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro preguntó por qué el ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, ha manifestado que se salda una “deuda” con la transferencia al País Vasco de la gestión de las prisiones.

El titular de Interior respondió que la transferencia de las cárceles vascas es algo que deriva de la Constitución y del Estatuto de esta comunidad. Por este motivo, señaló que “aquello que está constitucionalizado y legislado es una obligación y no una deuda”.

Asimismo, el ministro se refirió a que cuando Gil Lázaro era diputado del PP defendió el acercamiento de presos de ETA mientras la banda seguía asesinando y justificó la decisión del Gabinete de José María Aznar de sacar a la Guardia Civil de Tráfico de Cataluña debido al acuerdo de los populares con CiU.

“DEUDA POLÍTICA”

Según Marlaska, estos episodios en los que tomó parte Gil Lázaro sí que supusieron pagar una “deuda política” a otras fuerzas políticas, mientras que lo que hace el Gobierno de Pedro Sánchez con las prisiones vascas es cumplir la legalidad.

Por su parte, el diputado de Vox afirmó que, con la transferencia de las cárceles vascas, Sánchez buscar saldar la “deuda” de contar con el apoyo en el Congreso del PNV y EH Bildu. Sin embargo, destacó que la contrapartida es que la “suerte final” de los presos etarras estará en manos del lehendakari, Íñigo Urkullu, y del líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi.

Añadió que el paso previo a la excarcelación de los reclusos etarras era “liquidar” la dispersión de estos condenados por centros penitenciarios de toda España. Al mismo tiempo, sostuvo que Sánchez, Urkullu y Otegi se han comprometido a buscar “trabajo y vivienda social” a los presos de la banda terrorista cuando queden en libertad.