La iniciativa, que fue debatida este martes y votada hoy jueves, incluye algunas modificaciones respecto a la moción inicial presentada por Ciudadanos, que pretendía que todas las medidas propuestas se incluyeran en la futura Ley de Bienestar Animal, en la que trabaja actualmente el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

El texto definitivo incorporó una enmienda transaccional pactada por Ciudadanos con el PSOE, el PP, Unidas Podemos, Ciudadanos y BNG, y contó con 281 votos a favor, 52 en contra y 16 abstenciones. Sólo Vox mostró su rechazo a la moción.

Además del sacrificio cero de animales salvo casos concretos, la moción pide al Gobierno que haga cambios legislativos y normativos para impedir que los animales estén expuestos en escaparates hasta el momento de su venta, modificar el Código Penal para agravar las penas de prisión y la de inhabilitación especial por maltrato animal y restrinja o prohíba los circos con animales salvajes.

Otras medidas son desarrollar un banco nacional de datos de chips identificativos al que puedan acceder veterinarios, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las protectoras y refugios para facilitar el rescate de algún animal identificado en una comunidad autónoma y perdido en otra; mejorar los controles y las supervisiones sobre los criadores y la procedencia de los animales que se pongan a la venta, así como fijar parámetros objetivos que deben cumplir los centros de cría o asimilados.

Impulsar campañas de sensibilización y concienciación social contra el maltrato y el abandono animal; crear un registro de infractores que impida la tenencia o actividad con animales; beneficiar a las entidades que fomenten la adopción, la formación y la concienciación en los concursos públicos de recogida y albergue de animales, y reconocer a las organizaciones de protección animal como entidades de utilidad pública son otras peticiones.

Además, el Gobierno tendrá que determinar la formación específica de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad encargados de investigar los delitos por maltrato animal, así como de jueces, fiscales y personas que abordan procesos judiciales, y promover que las comunidades autónomas regulen el acceso de los animales al transporte público, los albergues de personas sin hogar, las residencias para mayores y las casas de acogida y pisos tutelados para víctimas de violencia de género.

Garantizar que los ayuntamientos tengan los recursos económicos necesarios para mantener óptimamente las instalaciones destinadas al cuidado de animales abandonados y regular los santuarios de animales para potenciar su creación completan la relación de medidas.

PORTAVOCES

Durante el debate de la moción consecuencia de interpelación, el portavoz de Ciudadanos, Guillermo Díaz, señaló que la iniciativa sirve para que el Gobierno, a través de la Dirección General de Derechos de los Animales, ponga “negro sobre blanco en el BOE” algunas medidas relativas al bienestar animal. “El ser humano es la única especie con empatía y de esa empatía se deriva la obligación moral de evitar el sufrimiento y el dolor de otros seres vivos”, comentó.

La moción contó con el beneplácito de todos los portavoces que intervinieron desde la tribuna del Pleno del Congreso salvo María Magdalena Nevado, de Vox, que acusó a “los defensores del extermino de la vida en el seno materno y de la eutanasia” de impulsar medidas de bienestar animal y se dirigió a Ciudadanos en estos términos: “Dejen de presentar este tipo de iniciativas para apuntarse al carro del buenismo hipócrita de la izquierda”.

Nevado indicó que la pena de prisión por maltrato animal está “suficientemente regulada en el Código Penal” y defendió que los “desalmados” o “perturbados mentales” que cometen esas acciones sean considerados como “personas con trastornos psíquicos a las que hay que vigilar su salud mental y dotarles del tratamiento que precisan”.

Por el contrario, Sandra Guaita, del PSOE, comentó que “las políticas animalistas se tienen que abordar de manera ambiciosa y desacomplejada, ya que las sociedades han avanzado en sensibilidad animalista”. “Queremos una sociedad libre de violencia: libre de violencia machista, libre de violencia hacia los niños y las niñas, libre de violencia hacia lo que es diferente y hacia quien piensa diferente, y libre también de violencia y maltrato animal porque muchas de esas violencias están entrelazadas”, dijo.

“Queremos pasos decididos en la protección de los animales y en la garantía del bienestar de los mismos”, recalcó María José García-Pelayo, del PP, antes de pedir que la futura Ley de Bienestar Animal no sea “populista”, sino “de todos”.

Juantxo López de Uralde, de Unidas Podemos, comentó que, “en la medida en que las sociedades avanzan, la sensibilidad hacia los animales va en aumento” y que el Gobierno trabaja en una Ley de Protección Animal y en modificar la ley de animales potencialmente peligrosos para calificar a los canes “individualmente por su comportamiento y no por su raza”.

Los representantes de partidos catalanes hicieron alusiones a la tauromaquia. Pilar Calvo, de Junts, recordó que las corridas de toros están prohibidas en Cataluña. “Lo que se consideró una estocada a la sociedad catalana se está convirtiendo en una banderilla para este Gobierno año tras año, un Gobierno que, por un lado, acaricia al gato y, por otro, tortura al toro”, apostilló.

Y Sergi Miquel, del PDeCAT, se basó en el caso comentado por Díaz sobre un jabalí que fue maltratado antes de ser empujado para despeñarse por un precipicio. “A efectos de sufrimiento del animal, sufre igual ese jabalí que un toro en la plaza”, recalcó.

Por último, Isidro Martínez Oblanca, de Foro, consideró “pertinente y necesario” instar al Gobierno a que presente al Parlamento una Ley de Bienestar Animal y señaló que presentó una enmienda a la moción para que el IVA veterinario se rebaje del actual 21% al 10%.