Según datos de Ecoembes difundidos este jueves, el año pasado se entregaron a instalaciones recicladoras 1.490.283 toneladas de envases domésticos procedentes de los contenedores amarillos y azules de la calle, de recogidas selectivas en lugares de gran afluencia y de plantas de residuos municipales.

Ello supone un 0,88% menos que en 2019 y el primer descenso anual desde 2013. Los datos de Ecoembes indican que en el cuatrienio entre 2010 y 2013 hubo caídas consecutivas de envases domésticos recogidos para su reciclaje, lo que coincidió con una crisis económica internacional, y después se han encadenado seis años seguidos de ascenso hasta alcanzar el máximo de 1.505.661 toneladas en 2019.

Lo más recuperado el año pasado fue el papel y el cartón (617.333 toneladas), por delante de los envases de plástico (616.282 toneladas), los envases domésticos metálicos -como latas de conservas o refrescos- (249.231 toneladas) y la madera (7.435 toneladas).

Gracias a ello, se evitó la emisión de 1,67 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, cantidad que equivale a lo que emiten las calefacciones de 800.000 personas (la población de la provincia de Tarragona) durante un año. Asimismo, se ahorraron 20,29 millones de m3 de agua y 6,37 millones de Mwh de energía, según Ecoembes.

Cada ciudadano depositó en los contenedores amarillos una media de 18,6 kilos de envases de plástico, metálicos y ‘briks’ para su posterior reciclaje (récord histórico y un 8,5% más que en 2019) y en el contenedor azul un promedio de 19,3 kilos de envases de papel y cartón (un 0,3% menos).

Además de los 388.174 contenedores amarillos y los 229.594 contenedores azules presentes en España durante 2020, se recogieron envases domésticos ligeros de plástico, metal y brik, papel y cartón en otros puntos de reciclaje, como 45.218 contenedores de recogida selectiva situados en lugares de gran concurrencia (oficinas, estadios, hostelería y festivales, entre otros) y en plantas de residuos urbanos, a las que se trasladan los contenedores de resto.