Ciencia

Describen un extraño lagarto que se creía que era un pájaro en el Cretácico

MADRID
SERVIMEDIA

En marzo de 2020 se describió la nueva especie ‘Oculudentavis khaungraae’ en un artículo en la revista ‘Nature’ a partir de un pequeño cráneo de 99 millones de años de antigüedad atrapado en una piedra de ámbar de Myanmar.

Su mandíbula alargada, sus grandes ojos y su corta y abovedada caja craneal hicieron creer al equipo investigador que se encontraban delante del dinosaurio aviano más pequeño jamás hallado, de un tamaño parecido al colibrí más pequeño conocido.

El equipo concluyó que esta pequeña criatura supuestamente voladora estaba remotamente emparentada con la famosa ave extinta ‘Archaeopteryx’. Pero, tras su publicación, algunos expertos externos se mostraron escépticos sobre la identidad del animal y rápidamente se llevaron a cabo estudios que cuestionaban esta interpretación. La evidencia definitiva llegaría poco tiempo después en forma de un segundo espécimen extraordinariamente bien conservado.

En 2019, Arnau Bolet, investigador 'Juan de la Cierva' en el Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), conjuntamente con Juan Daza -de la Universidad Estatal Sam Houston (Estados Unidos)-, Edward Stanley -Museo de Historia Natural de Florida (Estados Unidos)-, Susan Evans - University College de Londres (Reino Unido)- y otros colegas de distintas partes del mundo, empezaron a trabajar con un espécimen fósil que procedía de la misma mina.

MISMO GÉNERO

Semanas antes, Adolf Peretti, de la Fundación Museo Peretti (Suiza), había contactado con Daza para mostrarle una gran variedad de fósiles en ámbar y uno de ellos incluía un cráneo y partes del esqueleto: un pequeño fragmento de la columna vertebral y de la cintura escapular. El equipo investigador estaba entusiasmado porque el fósil mostraba algunas características morfológicas que no habían visto nunca antes.

"El espécimen nos desconcertó a todos al principio porque, si se trataba de un lagarto, ¡era uno muy muy raro!", apunta Bolet. No fue hasta unos meses después de conocer la existencia del holotipo de ‘Oculudentavis’ en un encuentro científico, que terminaron su estudio y concluyeron que ambos especímenes podían considerarse sin lugar a duda como miembros del mismo género de lagarto. Finalmente, el artículo que describió ‘Oculudentavis khaungraae’ fue retirado por sus autores, por lo que la nueva especie se esfumó. Al menos, como pájaro.

El estudio sobre este segundo espécimen ha permitido describir la nueva especie ‘Oculudentavis naga’ dentro del mismo género. Su nombre es un homenaje a los 'Naga' un nombre que agrupa a varios grupos étnicos nativos del noreste de la India y el noroeste de Myanmar.

Ambos fósiles (los holotipos de ‘O. naga’ y ‘O. khaungraae’) fueron segmentados digitalmente mediante un escáner de microtomografía computarizada para obtener imágenes detalladas de cada uno de los huesos individuales y para estudiar mejor las diferencias entre ellos. El estudio fue publicado este lunes en la revista ‘Current Biology’.

"En el momento en que obtuvimos las primeras imágenes tomográficas empezamos una lluvia de ideas sobre de qué animal podía tratarse", explica Daza, profesor asistente de ciencias biológicas en la Universidad Estatal Sam Houston.

El equipo también determinó que ambos cráneos se habían deformado durante el proceso de fosilización. El morro de ‘O. khaungraae’ se había estrechado y recordaba al pico de un ave, mientras que el cráneo de ‘O. naga’ se había comprimido. Estas deformaciones reforzaban las características aviarias de uno de los cráneos y las reptilianas del otro.

"Imagina que pellizcamos la nariz de un lagarto de modo que adquiere una forma triangular. ¡Se parecería mucho más a un pájaro!", comenta Stanley.

"Concluimos que ambos especímenes eran lo suficientemente parecidos como para pertenecer al mismo género, ‘Oculudentavis’, pero presentan una serie de diferencias que sugieren que se trata de especies distintas", explica Bolet.

RASGOS DISTINTOS

‘Oculudentavis’ se distingue de otros lagartos por distintos rasgos, como el morro con cresta ahusada, las mandíbulas muy largas formadas por una porción dentaria larga y postdentaria muy corta, o la configuración del paladar. Éstas y otras características morfológicas lo convierten en un lagarto de aspecto extraño, pero algunas características clave como el tipo de implantación de los dientes, la forma del hueso escamoso o el modo en que la mandíbula inferior se articula con el cráneo, son evidencias suficientes para identificarlo como tal.

Con toda esta información, el equipo investigador pudo concluir que ‘Oculudentavis’ no era un pájaro y que su parecido con las aves era debido a la convergencia en las proporciones del cráneo, es decir, que "a pesar de su cráneo abovedado y su largo y afinado morro, en realidad no presenta ningún carácter físico que sustente la idea de una relación próxima con las aves", según Evans.

Si bien los depósitos de ámbar de Myanmar son un tesoro de fósiles que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo, Daza explica que existe un consenso entre los paleontólogos sobre el hecho de que adquirir ámbar birmano de forma ética es cada vez más complicado, especialmente tras que el ejército tomara el control del país en febrero.

El espécimen de ‘O. naga’ fue adquirido siguiendo las pautas éticas para el uso del ámbar birmano establecidas por la Sociedad de Paleontología de Vertebrados y se conserva en la Fundación del Museo Peretti (en Suiza), mientras que el de ‘O. khaungraae’ forma parte de la colección del Museo de Ámbar de Hupoge (China).

El espécimen de Peretti se compró a empresas autorizadas que exportan piezas de ámbar legalmente desde Myanmar, siguiendo un código ético que garantiza que no se cometieron violaciones de los derechos humanos durante su extracción y la comercialización y que el dinero derivado de las ventas no apoyó el conflicto armado. El fósil tiene una trazabilidad autenticada, que incluye permisos de exportación de Myanmar.

(SERVIMEDIA)
14 Jun 2021
MGR/clc