Según fuentes gubernamentales, el Ejecutivo entiende que, después de que el Consejo de Ministros aprobase esas medidas de gracia por la “convivencia” en Cataluña y de ésta con España, “ahora le toca” al independentismo moverse para restaurar los puentes y emprender el diálogo.

Dichas fuentes se muestran “seguras” de que, con esta decisión “compleja” y que “trasciende a los beneficios “individuales” y se promociona “por la convivencia”, los líderes políticos indultados “no lo volverán a hacer porque la inhabilitación total se mantiene”.

De hecho, en La Moncloa se remarca que se mantiene la “condicionalidad” de que no comentan ningún delito grave en un periodo de tiempo que oscila entre 3 y 6 años, según cada condenado, su grado arrepentimiento y de rechazo de la unilateralidad.

Aunque desde el Gobierno aseguran que aun no hay fecha para la nueva reunión de la mesa de diálogo, remiten a ella como el marco en el que, desde posiciones dentro de la Constitución y el Estado de Derecho, se permita el debate de “ideas” y “pasar página” de lo ocurrido en 2017.

El Gobierno entiende que, con los indultos, no se trata de “empezar de cero”, sino “de nuevo” y actuar con “política”, “con cerebro y no desde las vísceras”. De ahí que La Moncloa tome la “iniciativa” e inste al independentismo a seguir el camino y hacer “política, con mayúsculas”. Todo ello, para que Cataluña sea europea, plural y próspera, porque Cataluña sin España no es europea, sería menos próspera y menos plural, advierten.

En el Ejecutivo destacan que con la medida se busca recuperar la “normalidad, las relaciones institucionales y también las afectivas, entre España y Cataluña”. Porque, añaden, que haya líderes políticos en prisión en una democracia occidental es algo muy excepcional y eso suponía que no se entendiera bien en Europa y el resto de países la pena privativa de libertad de los independentistas.

Justifican dichas fuentes la concesión de esta medida de gracia en que es “lo mejor” para buscar una solución política porque la prisión era “el principal escollo” que empleaban y así se resta, también, el argumento del “victimismo” en las filas independentistas. Ahora, aducen, “nos tenemos que escuchar y entender” y dejar atrás el “callejón sin salida” que imponía la prisión, y transitar por el diálogo, que es el “único cauce” que entiende el Gobierno para “resolver este problema”.

En el Gobierno destacan que no se cuestiona la sentencia del Tribunal Supremo, sino que la acatan y que no hacen más que dar trámite a unos expedientes, pero que aprovechan la oportunidad política de cambiar la situación, de ser capaces de “hablar” como se hizo para la elaboración de la Constitución.

“Hoy abrimos nueva etapa”, aseguran en el Ejecutivo, donde confían en que los indultos generen el “clima propio” para hablar, “siempre” dentro del marco del Estado de Derecho y de la Carta Magna.