“Es decir, a nosotros no se nos va a juzgar en 2023 por los indultos, se nos va a juzgar por la gente que está sufriendo. Y aquí yo creo que es donde hay que estar”, agregó la ministra en declaraciones a RNE recogidas por Servimedia, donde arremetió contra la tesis de otros miembros del Consejo de Ministros de supeditar cualquier alza a la recuperación económica y de empleo y donde deslizó que el presidente del Gobierno “lo va a pensar”.

“No se debe vincular el salario mínimo y crecimiento del empleo, es un enorme error”, expuso argumentando que los datos “han demostrado justamente lo contrario”, ya que en el 2019 se subió más de un 22% y “tuvimos el mayor crecimiento de empleo, y además creciendo más que toda Europa". A su juicio, dicha vinculación “es una política de rentas inadecuada”. “Hay un dogma de fe, es decir, es pura ideología”, zanjó.

Al ser cuestionada sobre la reunión mantenida con Pedro Sánchez para hablar del SMI, Día indicó que las reuniones son “con mucha frecuencia”, sin querer desvelar su contenido, aunque sí deslizó que su posición “es conocida y el presidente lo va a pensar”.

La ministra apuntó que “el IPC está en el 2,7% y la gasolina no para de subir, la luz no para de subir”, y los trabajadores con el SMI “no están protegidos” por “algo tan importante como es un convenio colectivo”, cuando dichos convenios están subiendo “entre el 1,5 y 1,8%”. “Por tanto, yo creo que un Gobierno progresista debe de mirar para los más débiles y los más débiles son los jóvenes y las mujeres en situación precarias, que son los que quedan fuera de los convenios colectivos”, agregó.

Además, recordó que el informe elaborado por el grupo de expertos han fijado “por unanimidad” el gap que existiría para que el SMI alcance el 60% del salario medio en España y han fijado una senda para la subida “bastante prudente”, dando “certezas” en este momento a los empresarios para que “se pueden organizar y pueden prever cuál es el resultado final de aquí al año 2023”.

Por otro lado, explicó que con el crecimiento del IPC la no subida no es una congelación sino que las personas que están fuera de los convenios colectivos, con salarios ligados al SMI, “están perdiendo poder adquisitivo”. “A mí me duele”, confesó, reivindicando que “son los que más lo necesitan” y debería abordarse “una política de rentas adecuada” una vez que se ha subido también las prestaciones a los pensionistas y a los empleados públicos.

“Estos son los vientos de cambio. No podemos competir con una política salarial que sea impropia de un país, de una economía relevante en Europa y luego, seamos coherentes: que prácticamente todos los países de la Unión Europea han subido en esta idéntica crisis los salarios”, concluyó.

La ministra explicó que convocarán la mesa para abordar el salario mínimo, pero que antes desea dar el debate “de manera respetuosa”, abundando en que se trata de un aspecto susceptible también de una “crispación social” por “injusto”, al tratarse de trabajadores “que son el eslabón más débil de la cadena”.