Según informó este lunes el Consejo General de la Psicología, en estos meses de pandemia, la incertidumbre, el miedo, los fallecimientos, la pérdida de empleo, el propio confinamiento y la convivencia ininterrumpida, la enfermedad o la soledad, fueron algunas de las situaciones que hicieron merma en la salud mental de los españoles y españolas, especialmente en las personas con menos recursos económicos.

En este periodo, no solo se agravaron los trastornos previamente diagnosticados sino que además se dispararon los casos de ansiedad y depresión, siendo España uno de los países de la Unión Europea que más ansiolíticos, sedantes e hipnóticos consume y donde la rama sanitaria que puede resolver el problema ha permanecido siempre en segundo plano, tal y como señalaron los psicólogos.

Cada día se registran en España diez suicidios y, por cada suicidio consumado, se estima que se realizan hasta 20 intentos. En las últimas semanas, además, se está detectando un aumento en los ingresos en urgencia de menores con ideación suicida.

PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

Pese a la magnitud de estas cifras y a su enorme transcendencia en términos de salud pública, el Consejo General de la Psicología destacó que “nuestro país sigue sin contar con un Plan Nacional de Prevención del Suicidio”.

Sin embargo, añadieron, “estos no son los únicos problemas graves de salud pública a los que nos enfrentamos. La pandemia ha disparado los casos de anorexia y bulimia entre los menores de 18 años. En cambio, los trastornos de la conducta alimentaria es solo la punta del iceberg de los problemas con los que están lidiando los jóvenes españoles”.

Los psicólogos también subrayaron que “la salud mental sigue siendo el “patito feo” de la Sanidad Pública y que España se enfrenta a un gran reto para lograr que su protección se equipare a la de la salud física”.

Todos estos temas serán abordados en el V Congreso del Consejo General de la Psicología bajo el lema ‘Psicología y Salud Pública: necesidad y oportunidad’.