Sector financiero

Campa (EBA) urge a la banca identificar en sus carteras los daños “permanentes” de la crisis y asumir “códigos éticos” frente a la inteligencia artificial

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), José Manual Campa, instó este lunes a la banca a hacer una “evaluación” e identificación de sus contrapartidas para detectar potenciales “daños permanentes” de la crisis y gestionarlos, y, en clave tecnológica, abogó por imponer un “código ético” a las entidades que utilicen la inteligencia artificial para que se responsabilicen de los riesgos asumidos con su uso.

Durante el ‘Encuentro Bancario’ anual que organiza el IESE y EY, Campa defendió que la banca ha demostrado que no solo no ha sido la parte del problema, sino que “ha sido parte de la solución” frente a los problemas ocasionados por la pandemia y está sirviendo para “amortiguar el impacto de la crisis”.

Pero con la recuperación y transición desde una fase con problemas de liquidez a la reapertura de la vida normal, instó a que evalúen sus balances para identificar la solvencia de las empresas y “las secuelas permanentes que la crisis ha dejado”, con el propósito final de realizar propuestas sobre la solución.

Dicha solución podría ir desde asumir una morosidad inevitable, como ayudar a las compañías con la reestructuración de su deuda o financiar proyectos viables. “Y en los casos en los que haya oportunidades de crecimiento y desarrollo a largo plazo que se canalice adecuadamente la financiación a esos proyectos”, agregó.

Campa urgió que se haga “cuanto antes” dicha fase de “evaluación” e “identificación” para conseguir una “recuperación lo más rápidamente posible”, asumiendo que la banca parte de una “base muy buena” ya que cuenta con un ratio de capital a escala europea agregado del 15,6%, superior al que tenía antes de la crisis originada por la pandemia.

Y la morosidad, según reconoció, volvió a caer “ligeramente” en el tercer trimestre en contra de los pronósticos. Tras subrayar que esto en sí mismo es una “buena noticia”, reconoció que se espera un repunte en el futuro, ya que han podido contenerse los impagos gracias a unas medidas desplegadas por los gobiernos para ayudar a empresas y familias que acabarán retirándose.

Al respecto detalló que en el primer trimestre existían en Europa préstamos con moratorias en sus pagos por valor de 200 billones de euros, aunque la cifra es un 70% inferior a los 850 billones a los que llegó a ascender en junio del pasado año. Por otro lado, la financiación con garantías públicas continúa ascendiendo a unos 370 billones, superior, incluso, a los 340 billones de final del 2020.

Un indicador del potencial repunte de morosidad a futuro es, sin embargo, que los préstamos en riesgos o contabilizados como impagos potenciales han subido e, incluso, los que están en morosidad han entrado en un estadio más agravado, además de que desveló que en la EBA “observamos ciertos sectores de hostelería, restauración y turismo donde se ha incrementado la mora” y se puede “esperar que sigan incrementándose”.

RETOS DE LA BANCA

Entre los retos de la banca a futuro apuntó como clave la mejora de la rentabilidad, ya que continúa de media en el 7,6% y sigue presionada por un escenario de tipos bajos y negocio crediticio moderado. Para encararla indicó que la banca tiene que buscar “un modelo de negocio que sea sostenible en el medio y largo plazo”, lo que implica “ofrecer unas proposiciones de valor a los clientes que sean atractivas”, y supone además ajustar los costes en función de esa apuesta.

Campa precisó al respecto que el ajuste de costes debe compatibilizarse con la necesaria inversión para abordar la apuesta por ese negocio sostenible y que está convencido que debe pasar por la transformación digital.

Precisamente en este campo y preguntado por la visión de la EBA sobre la incursión de la banca en la inteligencia artificial, estimó probable que la adopte porque ayudará en “muchas partes de su proceso productivo”, y podría serle útil para evaluar y gestionar los riesgos, para diseñar y desarrollar productos o, incluso, para cumplir con normativas como la de blanqueo de capitales.

Sin embargo, apuntó que el organismo que dirige puede plantear a los bancos que introduzcan la inteligencia artificial en su actividad tengan “un código ético” para que evite “sesgos”, otorgue un grado necesario de trazabilidad a las operaciones y garantice la “responsabilidad humana en la aplicación de los sistemas”.

“Somos muy reacios a aceptar que la responsabilidad de la toma de decisiones se transmita de un responsable humano o un directivo o el consejo a un mecanismo exógeno”, en manos de un sistema informático o de subcontratas, explicó.

“La responsabilidad tiene que caer dentro de la institución”, insistió, alegando que ya hay una experiencia negativa que sienta un precedente para evitar esos riesgos como fueron algunos derivados de crédito. Según detalló, dicha situación provocó una visión “parcial, ciega o miope” de los sesgos o de riesgos sistémicos que dificultan a las empresas controlar sus propios riesgos, por lo que toca atajarlos con la asunción de dicha responsabilidad vía el “código ético”.

(SERVIMEDIA)
05 Jul 2021
ECR/clc