Según los regantes, las reservas superficiales de agua ya permitirían generar energía eléctrica en momentos de aumento de la demanda instantánea o fuertes precios, “ya que al tratarse de infraestructuras construidas por norma general hace ya muchos años y que han finalizado su periodo de amortización, el coste de producir energía eléctrica es mucho más barato que hacerlo con gas, carbón o fuel”.

No obstante, Fenacore propone aumentar la regulación hídrica, con el doble objetivo de contribuir a abaratar la luz y porque a su juicio serviría “para luchar contra los efectos más adversos del cambio climático -como las inundaciones y las sequías- y para garantizar la producción de alimentos”.

“Algunas obras pendientes contempladas en los planes hidrológicos no sólo servirían para luchar contra el cambio climático o garantizar la producción de alimentos, sino que podrían contribuir a abaratar la luz para los hogares en momentos en los que otras renovables como la fotovoltaica o eólica no generan la suficiente energía eléctrica debido a condiciones meteorológicas adversas”, indicó el presidente de Fenacore, Andrés del Campo.

Los regantes han urgido en varias ocasiones a través de Fenacore a abaratar la factura eléctrica, que desde 2008 ha subido más del 120%, después de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobara las modificaciones para que los nuevos peajes eléctricos entraran en vigor el pasado 1 de junio.

Según Fenacore, dichos cambios “incrementarán aún más el recibo” y eso constituye “uno de los principales lastres para la competitividad de un sector que ocupa el segundo puesto en el ranking de los consumidores de energía”, únicamente por detrás de Adif.

Sin embargo, la federación instó a aprobar cuanto antes el desarrollo reglamentario de la normativa ya que confía en que los regantes puedan contratar pronto dos potencias, lo que les supondría un ahorro de, al menos, un 20% de sus costes eléctricos.