Según informó el Ministerio del Interior en un comunicado, una investigación desarrollada por la Guardia Civil en 2017 dio como fruto la detención en 2019 de E.M.C, de 32 años por adoctrinamiento terrorista. A raíz de este procesamiento, el pasado 18 de febrero, fue condenado por la Sección Primera de la Sala de lo Penal Audiencia Nacional a dos años y dos días de prisión.

Entre los años 2017 y 2019 el detenido fue objeto de una radicalización yihadista prototípica, mostrándose fascinado por la violencia desplegada por las organizaciones terroristas como Al Qaeda y Daesh, lo que le llevó a realizar una serie de experimentos con sustancias explosivas encaminadas a producir un artefacto viable.

El individuo destacaba por instrumentalizar sistemáticamente su radicalismo yihadista para infligir un trato degradante hacia sus parejas, siendo condenado también por delitos de violencia de género.

Ahora, tras la puesta a disposición judicial por orden de la Audiencia Nacional, debido a su peligrosidad por tratarse de una persona “de acreditada propensión a la violencia”, se decretó su ingresó en el Centro Penitenciario Tenerife II.