En unas declaraciones a Onda Cero recogidas por Servimedia, Sordo explicó que para alcanzar un acuerdo para el SMI exigía cerrar una subida para 2021, “ratificar” que se llegará al 60% del salario medio en 2023 y “situar que en el año 2022 también habría una subida del SMI”, con una "referencia a cómo se iba a producir esa subida”. En este punto, citó las recomendaciones de la comisión de expertos asesora del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

“Aunque no está cerrada la cifra, sí hay una referencia clara a esa senda que sitúa en efecto en el 2022 en el entorno de los 1.000 euros el SMI”, dijo.

Sordo fue preguntado por la posición de rechazo de la patronal, que no está en el acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y Economía Social y los sindicatos CCOO y UGT para subir el SMI en 15 euros este año con efectos desde el 1 de septiembre.

Consideró que “no me parece muy de recibo” que los empresarios se hayan opuesto por las ayudas que han recibido durante la pandemia para mantener el empleo y las empresas y por los fondos europeos a los que podrán acceder.

No obstante, consideró que “este desacuerdo no tiene por qué contaminar” el resto de negociaciones que “van a ser complejas porque las posiciones son bastante divergentes”.

Respecto a los argumentos que esgrime la patronal para no apoyar la subida como un aumento de la economía sumergida o un mayor impacto en el sector del campo, Sordo dijo que con las subidas del SMI en los últimos cuatro años, pasando de 700 a 950 euros, se está saliendo de esta crisis con creación de empleo “a mayor velocidad” que en otras y “no ha habido en modo alguna una destrucción masiva de puestos de trabajo”. Desligó del incremento del salario mínimo que haya empresarios “con una tendencia permanente a trabajar en ‘b’” y consideró que “ésa no puede ser la razón para condicionar una subida del SMI”.

También calificó de “bastante ridículo” el número de empresas que pueden dejar de contratar por el hecho de tener que pagar 15 euros más en el SMI. A su juicio, los problemas del campo “no tienen que ver con el SMI, tienen que ver con cómo se asignan los precios en los productos agroalimentarios y en la posición de poder de las grandes distribuidoras”. Consideró que “el pagano no puede” un trabajador del campo que no pueda cobrar el SMI.

Sobre si su posición está más cerca de la vicepresidenta Yolanda Díaz que de Nadia Calviño, el dirigente de CCOO se limitó a decir que “tenemos que negociar con un Gobierno” y “exigimos” que tenga un planteamiento “consensuado” en su seno. “Lo que nos interesa es saber y tener fiabilidad de que negociamos con el Gobierno, hasta ahora esto ha sido así”, dijo.