Instituto Cervantes

García Montero: “El Cervantes supone una creación inseparable de la democracia”

-Defiende la riqueza lingüística de España como la consecuencia lógica de una cultura diversa y rechaza que sea una “concesión política” a las comunidades bilingües

Madrid
SERVIMEDIA

El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, defendió este viernes la raigambre democrática de la institución que dirige, la cual no hubiera sido posible en un país que no respetara los derechos y libertades, como lo fue la España franquista, en la que imperaba una retórica política “trasnochada, insostenible e impertinente”.

Lo dijo durante el acto conmemorativo del XXX Aniversario del Instituto Cervantes en el Congreso de los Diputados, un evento en el que estuvieron presentes la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet, y una serie de diputados que leyeron un poema elegido por ellos mismos.

Durante su alocución, García Montero verbalizó el “verdadero honor” que representa tanto para la institución que dirige como para él mismo culminar la celebración del 30º aniversario de la creación del Cervantes en el Congreso.

Arguyó que 30 años pueden parecer pocos en comparación con el largo recorrido que tienen instituciones análogas de otros países, pero dejó claro que “es nuestra juventud lo nos enorgullece, porque el Cervantes supone una creación inseparable de la democracia”.

Destacó que el trabajo de quienes hoy están al frente del Cervantes emana de la labor realizada por los directores y secretarios generales anteriores a su persona, al tiempo que señaló que los que trabajan actualmente en la institución “esperamos pasar la antorcha a quienes vendrán después y celebrarán los próximos aniversarios”.

García Montero comentó que una institución como el Cervantes hubiera sido “imposible en un país no democrático”, como la España franquista, “anterior al proceso de Transición que comenzó en la década de 1970”, que se caracterizaba por una “trasnochada retórica política que era insostenible e impertinente”.

También reseñó que “no era sencillo en un país no democrático normalizar el respeto y el cuidado que se merece la diversidad lingüística española”. Por ello, aprovechó para “aclarar, como filólogo, profesor de literatura, escritor y ciudadano que acata la Constitución Española y que ataca cualquier tipo de falta de respeto a la Constitución, que la atención a las lenguas españolas no es ninguna concesión política forzada a los territorios bilingües, ni ningún esfuerzo por generar simpatías, sino la consecuencia lógica de sentirme parte de una cultura diversa y plurilingüe”.

Esto le permitió resaltar que existen “muchos motivos” para “sentirnos parte de una cultura en la que conviven Rosalía de Castro, Federico García Lorca, Blas de Otero, Mercè Rodoreda o Jaime Gil de Biedma”.

Por otro lado, García Montero recordó que España únicamente cuenta con el 8% de los hablantes de una lengua que tiene 500 millones de hablantes nativos en todo el mundo, lo que le dio pie a reivindicar la importancia de incentivar la diplomacia cultural.

Indicó que “el poder de la lengua española, la segunda más hablada tras el chino mandarín, permite un horizonte científico, cultural, tecnológico, académico y económico de primera magnitud”.

Luego de poner de manifiesto el papel del Cervantes como puente entre América y Europa, abogó por la “seducción democrática a través de una cultura que sostiene los valores de libertad, igualdad y fraternidad”.

Por último, y para dar paso al inicio de las lecturas de poemas, leyó el primer artículo de la Constitución Española, que representó el “primera paso hacia el Estado social y democrático de derecho que permitía la creación del Instituto Cervantes”.

Por su parte, Batet presentó al Cervantes como la “entidad de referencia global para la difusión y el estudio de nuestra cultura”, y aprovechó para reivindicar a la palabra como “la materia prima que sustenta el Parlamento”, y deplorar que se haya utilizado como el combustible que ha desencadenado un “clima político de polarización y descalificaciones personales, algo no deseado en una cámara de presentantes”.

Por esa razón, llamó a “defender, respetar y mimar la palabra”, la cual tiene el poder de facilitar “puentes de diálogo entre todas las personas, de enriquecer el pluralismo en la cultura y en la política”.

El acto concluyó con la lectura de una serie de poemas por parte de algunos diputados. De este modo, José María Mazón (PRC) recordó a Manuel Llano (1898-1938); Juan Ignacio López-Bas (Ciudadanos), a Miguel de Unamuno (1864-1936); Sofía Fernández Castañón (Unidas Podemos), a Pablo Texón (1977); Iván Espinosa de los Monteros (Vox), a Dámaso Alonso (1898-1990); Pablo Hispán Iglesias de Ussel (PP), a Jaime Gil de Biedma (1929-1990); María Olga Alonso Suárez (PSOE), a Celso Emilio Ferreiro (1912-1979); y Meritxell Batet, a María Beneyto (1925-2011).

(SERVIMEDIA)
17 Sep 2021
MST/gja