En 2021, las reivindicaciones de la Confederación, en línea con el movimiento internacional, se centran en combatir las desigualdades que están detrás de muchos de estos trastornos. De ahí su lema ‘La salud mental, un derecho necesario. Mañana puedes ser tú’, que pide más recursos para atender la salud mental y el bienestar de todas las personas “en un mundo desigual”.

Por ello, González Zapico destacó que “lo primero” es aumentar la inversión, y llamó a “recuperar los recortes en sanidad pública”, que cifró en 30.000 millones desde 2009. “¿Quién diría que las situaciones educativas, de pobreza, de discapacidad, racial, de género, están relacionadas con estos trastornos?”. Pues “así es”, respondió, y destacó la necesidad de enfocar “la salud mental desde una perspectiva de derechos humanos”.

En su opinión, “prácticas médicas habituales como las retenciones mecánicas y los internamientos forzados suponen una vulneración institucionalizada de los derechos de estas personas en España”.

DESIGUALDADES

Por otro lado, González Zapico se refirió a “las consecuencias invisibles que ha dejado la pandemia de la Covid-19, a causa de los problemas económicos, la falta de contacto social continuado, las dificultades para la conciliación familiar, la soledad no deseada, etc.”.

Destacó que un 53% de la población trabajadora percibe que su salud mental ha empeorado con la pandemia, pero que esta tasa es diez puntos mayor entre quienes tienen problemas para cubrir sus necesidades básicas. Hasta un 80% de los que han perdido su vivienda perciben este empeoramiento, abundó.

Las personas con ingresos bajos tienen tres veces más posibilidades de sufrir ansiedad o depresión, y agregó que en España las mujeres presentan el doble de trastornos de salud mental que los hombres.

Se refirió también a la discriminación que sufren las personas con discapacidad psicosocial y a su exclusión del mercado laboral, al que solo accede el 16% del colectivo.

MANIFIESTO

En su manifiesto, la Confederación instó a las administraciones públicas a poner en marcha “estrategias y recursos para acabar con la desigualdad económica, que causa problemas de salud mental”.

También pidió terminar con las situaciones de pobreza como primer paso para garantizar un acceso equitativo a los servicios de salud mental; acabar con las desigualdades geográficas y “adoptar una mirada en consecuencia, para que el bienestar mental no dependa de dónde vives”; implantar un enfoque de género en el diseño de los protocolos de actuación; incentivar la inserción laboral del colectivo; promover la educación emocional en las escuelas; mejorar la atención a los problemas de salud mental en la infancia y la adolescencia, “con más investigación y especialización”, y crear unidades de salud mental en las residencias de personas mayores.

El texto fue elaborado por la red Estatal de Mujeres de Salud Mental España y por el Comité en Primera Persona de la Confederación, uno de cuyos miembros, Javier Moreno, se encargó de la lectura. Las mismas reivindicaciones expresó la exministra de Sanidad María Luisa Carcedo, que puso voz a la proclamación del Día Mundial.

En su intervención, Carcedo pidió más recursos y campañas específicas dirigidas a la infancia y a la adolescencia, así como iniciativas contra “la discriminación que a diario sufren las personas con discapacidad psicosocial” en todas las facetas de la vida.

VISIBILIDAD POSITIVA

En el acto participó también el vicepresidente ejecutivo de Fundación ONCE, Alberto Durán, quien destacó la necesidad de seguir trabajando por el empleo del colectivo, “pese a los avances logrados recientemente gracias al movimiento asociativo”.

Asimismo, puso en valor el esfuerzo de las familias, “que responden y hacen lo mejor en una situación que muchas veces les supera”; advirtió sobre la relación entre adicciones y problemas de salud mental, y lamentó “el estigma o visibilidad negativa” que tanto afecta a las personas con estos trastornos, que se suma “a la invisibilidad que tradicionalmente arrastran todas las personas con discapacidad”.

En el encuentro, la escritora Espido Freire y el humorista Ángel Martín debatieron sobre sus propias experiencias como personas que han padecido problemas de salud mental.

Lo clausuró el director general de Derechos de las Personas con Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, Jesús Martín Blanco, quien dio las gracias “al movimiento asociativo y a todas las familias por su trabajo a lo largo de estos años”. “Entiendo también estos días mundiales como días de reivindicación”, y aseguró compartir “el enfoque de derechos humanos” que la Confederación Salud Mental propone.

Se mostró contrario a los internamientos forzosos y a las retenciones mecánicas, “porque no debemos dejar que un diagnóstico colonice a la persona”. Por ello, apuntó que su departamento impulsa también una perspectiva exigente de derechos en la elaboración de la nueva Estrategia Nacional de Salud Mental.

“Los poderes públicos debemos ser permeables a las reivindicaciones legítimas de la sociedad civil, y en esa línea, estamos haciendo los deberes”, declaró. En su opinión, "estamos ante un tema que nos compete a todos", porque "esta será la discapacidad del futuro". "O lo afrontamos, o económicamente, la situación no será sostenible". "Espero que este día sirva para ganar visibilidad de la buena y perder un poquito de la mala", concluyó el director general.