Salud

La Sociedad de Salud Integrativa pide “reenfocar” el abordaje de “multitud” de trastornos neurológicos “desde la microbiota”

- Recuerda que su estado “puede impactar en la salud mental” porque “conecta” intestino, emociones y respuestas comportamentales

MADRID
SERVIMEDIA

La Sociedad Española de Salud y Medicina Integrativa (Sesmi) exigió este jueves “reenfocar” el diagnóstico y tratamiento de “multitud” de trastornos y enfermedades de carácter neurológico “también desde la microbiota”, dado que, a su juicio, ésta “puede impactar en la salud mental”.

Así lo defendió la organización en un comunicado en el que precisó que, según diferentes estudios, la microbiota “conecta” el intestino, las emociones y las respuestas comportamentales, por lo que su análisis “predice significativamente” los rasgos de la personalidad de un individuo.

En este sentido, diversos análisis de la microbiota intestinal revelan que las personas con mayor interacción social tienden a tener una microbiota “diversa y, por tanto, saludable”, según puntualizó la doctora María Dolores de la Puerta, especialista en salud intestinal y microbiota de la Sesmi, para quien las interacciones sociales “contribuyen a conformar la comunidad microbiana del intestino humano”.

“Por el contrario, la ansiedad y el estrés están relacionados con una diversidad más reducida y una composición de microbiota alterada”, sentenció, convencida de que existe “un estrecho vínculo entre los sentimientos y la función intestinal” y de que situaciones como el estrés o la toma de determinados fármacos, como los antibióticos, tienen efectos “muy nocivos” en el tracto gastrointestinal sobre la microbiota porque “bloquean la normal comunicación del eje microbiota-cerebro-intestino”.

Esta “alteración” es “responsable, en muchas ocasiones”, de trastornos cognitivos y desórdenes neurológicos, psicológicos y psiquiátricos, además de trastornos gastrointestinales como el intestino irritable y la enfermedad inflamatoria intestinal crónica, según la experta, para quien estos hallazgos deberían “animar” a los profesionales de medicina a “reenfocar” el diagnóstico y tratamiento de “multitud” de enfermedades y trastornos neurológicos con probióticos, prebióticos y psicobióticos, puesto que el intestino y las sustancias que genera su microbiota son “importantes reguladores” del estado de ánimo, de la motivación y de la recompensa.

COMUNICACIÓN BIDIRECCIONAL

Por su parte, la doctora Alejandra Menassa, médico internista y asesora de la Sesmi, advirtió de que la “comunicación” entre la microbiota, el intestino y el cerebro “es bidireccional”, dado que el cerebro “manda órdenes al intestino para desarrollar sus funciones y desde el intestino llega información al sistema nervioso”.

Por ello, una permeabilidad intestinal o un “sobrecrecimiento” bacteriano provocan que las toxinas que se generan en el intestino a través del nervio vago vayan al sistema nervioso, mientras otras se vierten a la sangre y entran también al sistema nervioso, “modulando” el desarrollo, función y comportamiento del cerebro.

La especialista subrayó que una microbiota saludable “depende” de la salud intestinal y de una dieta saludable rica en fibras, sin exceso de hidratos de carbono, con grasas saludables provenientes de vegetales como el aceite de coco o el aguacate y basada en alimento ecológico y de proximidad, entre otros aspectos.

(SERVIMEDIA)
14 Oct 2021
MJR/gja