En su intervención en el debate de investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, Erkoreka le exhortó a "tomar prevenciones" contra la mayoría absoluta, porque "parece una amiga cómoda, complaciente, que refuerza la autoestima y el reconocimiento de las propias facultades", pero no es buena consejera cuando se trata de plantar cara a grandes problemas que requieren acuerdos.

"O se pone la mayoría absoluta al servicio de la sociedad, o antes o después la sociedad acaba con la mayoría absoluta", le advirtió.

Por ello, le preguntó si pretende jugar "sólo a la chica", ganando las votaciones en el Congreso de los Diputados, "o también a la grande", atreviéndose a llegar a acuerdos con las demás fuerzas políticas para "hincar el diente" a los grandes desafíos pendientes.

Erkoreka le exhortó a desvelar "los recortes" que acometerá y que aún no ha detallado, porque no hay una sola administración que no los esté aplicando, ni siquiera Bildu en la Diputación de Guipúzcoa, "como el monje catón, que predica la abstinencia y se come el salchichón".

Erkoreka denunció que el discurso de Rajoy destila sintonía con las tesis de los mandatarios alemán y francés, Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, que han "secuestrado, atado y amordazado" la Europa conocida, y con su "obsesión" por la disciplina fiscal ofrecen "palo pero sin zanahoria".

Le advirtió además de que su victoria electoral ha tenido dos excepciones territoriales en Cataluña y Euskadi, y aplicar sin más su mayoría absoluta sería "una triste manera de vencer sin convencer".

Expresó por ello su "preocupación" por el énfasis de Rajoy al desgranar proyectos cuya implementación irrumpe en el espacio competencial autonómico, en algunos casos "con grave peligro de vulneración".

El recuerdo que el PNV guarda de la mayoría absoluta del PP es "pavoroso", y le pidió por ello "alguna razón convincente o algún motivo de esperanza" que permita a su grupo no apretar el botón del no en la votación de su investidura.

Erkorea pidió a Rajoy algún "compromiso concreto" con los planes de consolidación de la paz tras la renuncia de ETA a la violencia, con la industria vasca, y contra el temor de que su mayoría absoluta sea una excusa para hacer "tabula rasa" del Estado autonómico.