Así lo precisaron sus integrantes en un comunicado en el que subrayaron que esta lista estudiantil impulsada por la agrupación juvenil Contracorriente junto a estudiantes independientes busca expresar su “crítica” al modelo de universidad “neoliberal y antidemocrática” en el que, a su juicio, “ahora se pretende profundizar” con la reforma impulsada por el ministro, por lo que anunciaron también una asamblea en la UAM para el mismo día de las elecciones y llamaron a participar en las movilizaciones convocadas para frenarla.

En este sentido, denunciaron la “falta de democracia y la creciente presencia de las empresas” en la universidad y pusieron como ejemplo de ello el hecho de que en la actualidad el voto en las elecciones a decanos y rectores es ponderado por estamentos, de manera que el voto de un estudiante “vale 34 veces menos que el de un catedrático”, como “manera de asegurar que nada cambia y que la voz de los estudiantes no se escucha ni se tiene en cuenta”.

Junto a ello, lamentaron que los representantes estudiantiles que ahora se van a elegir no podrán tomar decisiones “importantes” sobre el funcionamiento de la universidad, conscientes de que estas se adoptan desde el Rectorado y el Consejo Social. El segundo, establecido como máximo órgano de decisión de la universidad, está integrado, “mayoritariamente”, por representantes de los principales sindicatos, de empresas y de partidos políticos y sólo un estudiante tiene derecho a estar en él, según puntualizó el colectivo.

ATAQUE A LA UNIVERSIDAD PÚBLICA

Para los estudiantes, las elecciones de este año están “marcadas” por la reforma universitaria impulsada por el Ministerio y llegan “en medio de un enorme ataque a la universidad pública”.

En referencia a la Ley Orgánica del Sistema Universitario, aseveraron que, a pesar del “retroceso que ha tenido que hacer el ministro con respecto a su propuesta inicial, que era aún peor”, esta norma pretende "convertir las universidades en escaparates para las grandes empresas, a la par que pone aún más en entredicho la democracia dentro de la universidad”.

En paralelo, consideraron que la Ley de Convivencia Universitaria “abre la puerta a la persecución y castigo de todas las actividades que interrumpan el ‘normal funcionamiento de la universidad’, haciendo desaparecer el poco espacio de reflexión política y crítica que queda en ella”.

Además, recordaron que la reforma no contempla una bajada de las tasas, que, a su entender, se mantienen “elevadísimas”, convencidos de que, “entre unos y otros, se están asegurando de que los hijos de la clase trabajadora sigamos siendo expulsados de la universidad”. “Ante eso, nos proponemos luchar por una universidad totalmente gratuita y el dinero saldría de impuestos a las grandes fortunas”, sentenciaron, al tiempo que abogaron por “construir un gran movimiento universitario” como el que hizo “frente” a otras reformas como el Plan Bolonia o el 3+2 para “frenar este ataque”.