Investigaciones anteriores indicaron que el ruido producido por los buques de observación de ballenas puede afectar el comportamiento de esos cetáceos. Sin embargo, el impacto de los niveles de ruido del motor en el comportamiento de las ballenas dentadas no ha estado claro y los niveles de ruido de los buques de observación de ballenas no están regulados actualmente.

Patricia Arranz, de la Universidad de La Laguna, y algunos colegas utilizaron drones para observar el comportamiento de las parejas de calderones tropicales frente a la costa de Tenerife. El nuevo estudio está publicado en la revista ‘Scientific Reports’.

Los investigadores observaron 13 parejas sin la presencia de una embarcación, mientras que vieron otras 23 con un buque de observación de ballenas con un motor de gasolina más ruidoso o un motor eléctrico más silencioso que pasaba lentamente desde al menos 60 metros de distancia, según las pautas de observación de ballenas de Canarias.

Encontraron que, en comparación con las que no fueron abordados por un buque, las madres que fueron abordadas por el barco con el motor de gasolina pasaron de media un 29% menos de tiempo descansando y un 81% menos de tiempo amamantando a sus crías.

No se observaron reducciones significativas en el reposo o la lactancia entre las ballenas que se acercaron al buque con el motor eléctrico más silencioso, en comparación con las que no fueron abordadas por un buque.

Los investigadores sugieren que las disminuciones en el descanso y la lactancia podrían aumentar el consumo de energía de las madres y reducir la ingesta de energía de las crías, con posibles implicaciones negativas para la supervivencia de los terneros.

Los hallazgos demuestran que, incluso si los buques de observación de ballenas cumplen con las pautas actuales, los motores más ruidosos pueden tener un mayor impacto en el comportamiento de las ballenas. Los autores sugieren que se minimice el ruido producido por estas embarcaciones y que las directrices de observación de ballenas especifiquen los niveles máximos de ruido del motor, a fin de limitar las molestias a los cetáceos.