González de Frutos defendió en declaraciones al Canal 24 horas recogidas por Servimedia que, para la sostenibilidad de un sistema de pensiones, el “mejor mecanismo” es “un empleo sólido y que permita garantizar las prestaciones a través de las cotizaciones corrientes”. “Y justo en este momento consideramos que es el peor momento para crear nueva presión fiscal a la creación de empleo”, remarcó.

La CEOE se opuso a la propuesta ayer, “con un comité ejecutivo convocado de urgencia porque el plazo de análisis de la propuesta del Gobierno también ha sido muy corto”, y tras efectuar un análisis “desde el punto de vista de los intereses que representa, que son los de las empresas y fundamentalmente el ámbito de la generación de empleo”, explicó.

El acuerdo alcanzado ayer por el ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y los sindicatos CCOO y UGT será aumentar las cotizaciones un 0,6% -de los que 0,5 puntos los aportará la empresa y 0,1 puntos el trabajador- en el marco del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) que debe sustituir al Factor de Sostenibilidad. Su subida supondrá un aumento de unos 50.000 millones de euros para la ‘hucha de las pensiones’ en 2032. La primera propuesta era aplicar un aumento del 0,5%, con un reparto a partes iguales entre trabajadores y empresas.

González de Frutos indicó que, para un problema “tan complejo como es el de pensiones”, “el análisis debería ser efectivamente más amplio y observar todas las cuestiones que van a afectar al futuro del sistema”. “Una propuesta como ésta consideramos que es insuficiente, no va a permitir garantizar el equilibrio del sistema y además va justo en contra de la mejor fuente de financiación de las pensiones públicas en un sistema de reparto como es el español, como es la creación de empleo”, expuso, asegurando que, “por ello da igual el reparto, si al final son costes salariales”. “Esos van a perjudicar la creación de empleo en un país que tenemos además unas tasas de desempleo tan altas y afectando a una población fundamentalmente joven”, advirtió.

La vicepresidenta de CEOE y presidenta de Unespa dijo que “no le llamaría mecanismo al mero análisis de un incremento de cotizaciones”, reconoció que sí puede tener algo de “equidad” con un “tal vez”, pero rechazó que vaya a ser una solución intergeneracional. “Desde luego de intergeneracional tiene poco, porque al final hace recaer el peso en una generación en la que hoy está trabajando y fundamentalmente en los jóvenes”, apuntó.

En cuanto al impacto en el empleo avisó sobre el perjuicio potencial sobre la creación de puestos de trabajo cuando entre en vigor en año y medio porque “no es una medida aislada”, sino que “viene acompañada de una situación de crisis económica de la que todavía no hemos salido” y cuando la actividad empresarial “está sometida a fuertes tensiones”. Entre esas presiones citó los problemas de los suministros, los costes de la energía, la inflación “amenazante”, el compromiso de la subida del salario mínimo interprofesional “y una reforma fiscal a las puertas ya anunciada”. “Comprenderán que ya no se puede dar más de sí”, agregó.

Sin embargo, quiso limitar el desacuerdo de CEOE a dicho mecanismo sin que vaya a afectar en absoluto a su posición en la reforma laboral. “La CEOE es una organización seria que va a analizar cada elemento de negociación con total independencia del resto y que naturalmente estará dispuesta a llegar a esos acuerdos si estos son razonables y van a coadyuvar a la generación de empleo, que es nuestro objetivo básico”, aseguró.

En la actualidad la negociación de la reforma laboral está “en análisis” y con propuestas encima de la mesa. “Se está trabajando mucho y yo creo que seriamente por parte de todos y confío en que efectivamente seamos capaces de alcanzar consensos alrededor de algunas de las medidas que se han puesto sobre la mesa”, indicó, confiada que haya acuerdo a tres partes en dicha materia. “Yo lo desearía”, concedió.