Así lo recoge el organismo en un artículo analítico sobre el impacto en la economía española de los cuellos de botella en las cadenas de suministro.

El Banco de España destaca que, a escala sectorial, la mayor parte del efecto adverso sobre el PIB español de estos cuellos de botella estaría asociada al impacto negativo que dichas perturbaciones suponen sobre el sector del automóvil, lo que resulta “coherente con el elevado peso y relevancia de este sector en nuestra economía”.

El organismo explica que las ramas de las manufacturas que se encuentran más tensionadas por estos desajustes son la fabricación de vehículos de motor, caucho y plásticos, papel, material y equipo eléctrico, informática y electrónica, y productos metálicos.

Estima que, en promedio, un incremento de un punto porcentual en el indicador de escasez de material y/o equipo en uno de estos sectores se traduce en una caída de su producción de aproximadamente 2,3 puntos tras tres o cuatro trimestres. Por lo tanto, en el contexto actual “ello implica unos ‘shocks’ globales negativos a la actividad de estos sectores que varían entre un 5% y un 6% de la producción proyectada en ausencia de perturbaciones”.

En cuanto a la duración de estos cuellos de botella, se asume que se mantienen fundamentalmente durante el cuarto trimestre de 2021 y los tres primeros trimestres del año próximo. En este sentido, el Banco de España puntualiza que, “si bien existe una notable incertidumbre” sobre el grado de persistencia que estos cuellos de botella podrían presentar en el futuro, el supuesto calculado está en línea con el marco temporal en el que las empresas españolas esperan que se mantengan los problemas de suministros actuales.