Investigación

La dieta mediterránea o el mindfulness en el embarazo reducen hasta un 36% el riesgo de que el bebé nazca con bajo peso

-Según un estudio coordinado por el Hospital Clínic- Idibaps, el Hospital Sant Joan de Déu y la Universidad de Barcelona, con el apoyo de la Fundación “la Caixa”

MADRID
SERVIMEDIA

Intervenciones basadas en la dieta mediterránea utilizada de forma estructurada y guiada o el mindfulness para reducir el estrés durante el embarazo disminuyen entre un 29% y un 36% el riesgo de que el bebé nazca con bajo peso y otras complicaciones de la gestación como la preeclampsia o la muerte perinatal, para las que hasta hoy no se había identificado ningún tratamiento.

Así lo ha demostrado por primera vez un ensayo clínico en embarazadas con alto riesgo de tener un recién nacido con bajo peso -peso inferior al percentil 10-, que ha sido coordinado por investigadores de BCNatal, el área clínica y de investigación en medicina maternofetal del Hospital Clínic- Idibaps y el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, y la Universidad de Barcelona, con el apoyo de la Fundación “la Caixa”, según anunciaron este martes las tres entidades en un comunicado en el que puntualizaron que el bajo peso en el nacimiento, producido por un retraso del crecimiento fetal, afecta hasta el 10% de los embarazos.

El estudio ‘Impact Barcelona’, publicado en la revista ‘JAMA’ y coordinado por el director de BCNatal del grupo de Medicina Fetal y Perinatal del Idibaps y del Ciberer, Eduard Gratacós, y las investigadoras Francesca Crovetto (Hospital Sant Joan de Déu) y Fàtima Crispi (Hospital Clínic), del Servicio de Medicina Maternofetal de BCNatal, es el resultado de varios años de análisis de las posibles causas y consecuencias del bajo peso en el nacimiento.

A lo largo del mismo, los investigadores observaron que las madres de los recién nacidos que nacen con bajo peso “muchas veces tenían una dieta subóptima y altos niveles de estrés”, según explicó Gratacós, que añadió que fue así como surgió la idea de realizar un ensayo clínico para estudiar si intervenciones de dieta mediterránea o de reducción del estrés “podrían reducir el retraso de crecimiento fetal y otras complicaciones del embarazo”.

En el estudio participaron durante tres años más de 1.200 mujeres embarazadas con alto riesgo de tener un bebé pequeño, que fueron divididas al azar en tres grupos: un grupo en el que las gestantes tenían visitas con una nutricionista para seguir una dieta mediterránea; un grupo en el que se siguió un programa de mindfulness para reducir el estrés, y el grupo de control, con el seguimiento habitual de las mujeres, a quienes se hizo un seguimiento para ver cómo se desarrollaba el bebé y si había complicaciones en el embarazo y el parto.

INTERVENCIONES

La intervención sobre la dieta se basó en los métodos utilizados en el estudio Prevención con Dieta Mediterránea (Predimed), avalado por la Asociación Americana del Corazón, y las embarazadas de este grupo acudieron a visitas mensuales con una nutricionista para cambiar el patrón de la dieta y adaptarlo a la dieta mediterránea incorporando más fruta y verdura, carne blanca, pescado azul, lácteos y cereales integrales y recibieron de forma gratuita aceite de oliva virgen extra y nueces, altos en omega-3. Para evaluar la adherencia a esta intervención de una forma objetiva, los investigadores midieron biomarcadores en sangre y orina relacionados con la ingesta de nueces y aceite de oliva, según precisó Francesca Crovetto.

Por su parte, la intervención para reducir el estrés se basó en el programa Mindfulness Based Stress Reduction (MBSR), desarrollado por la Universidad de Massachusetts y adaptado al embarazo por los investigadores de Barcelona. Para ello se hicieron grupos de entre 20 y 25 mujeres, que siguieron el programa adaptado al embarazo durante ocho semanas, completaron unos cuestionarios al inicio y al final del programa y se les midieron los niveles de las hormonas relacionadas con el estrés, el cortisol y la cortisona.

Las embarazadas del grupo de control tuvieron un 21,9 % de recién nacidos con bajo peso y el porcentaje se redujo de forma “significativa” en los grupos de dieta mediterránea (14%) y mindfulness (15,6%), según subrayó la doctora Fàtima Crispi, que avanzó que el equipo investigador está diseñando un estudio multicéntrico para aplicar los resultados a cualquier mujer embarazada sin la necesidad de que exista el riesgo de tener un bebé con bajo peso.

La investigación se ha llevado a cabo en colaboración con los equipos de Ramon Estruch, del Servicio de Medicina Interna del Clínic, jefe del grupo de Riesgo Cardiovascular, Nutrición y Envejecimiento del Idibaps e investigador del Ciberon; Eduard Vieta, jefe del servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic, del grupo de Trastornos Bipolares y Depresivos del Idibaps y director científico del Cibersam; y profesionales del Instituto esMindfulness, dirigido por Andrés Martín-Asuero.

(SERVIMEDIA)
07 Dic 2021
MJR/clc