Así lo aseguró durante su intervención en la inauguración del seminario sobre ‘Publicidad de alimentos dirigida a menores’, organizado por su ministerio y en la que defendió que restringir la publicidad de alimentos y bebidas con altos niveles de azúcares, grasas y sal es “una acción política basada en la evidencia científica”.

En este punto, subrayó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva una década recomendando la regulación de este tipo de anuncios porque “existen pruebas inequívocas de que están relacionados con la obesidad infantil”.

“El criterio no puede ser arbitrario, sino basado en la evidencia científica”, reiteró, para precisar que, por ello, Consumo incorpora los perfiles nutricionales de la OMS en su normativa. “De aquí extraemos un elemento de acción política que nos permite regular la publicidad dirigida al público infantil con el objetivo fundamental de protegerlo y garantizar que neutralizamos uno de los vectores por los que las tasas de sobrepeso son tan elevadas en nuestro país”, puntualizó.

A su juicio, la publicidad de alimentos y bebidas no saludables es “especialmente dañina” cuando está dirigida a la infancia porque, según su punto de vista, “tiene la capacidad de modular comportamientos y provoca transferencias de hábitos hacia consumos más intensivos de productos azucarados y con grasas, que empeoran a lo largo de la vida adulta”.

Tras aseverar que el poder adquisitivo de las familias es un “factor esencial” en la decisión de compra, siendo el consumo de alimentos saludables “más frecuente en las familias con mayor nivel de ingresos” y que, según la OCDE, los niños con exceso de peso tienen un menor rendimiento escolar, Garzón se comprometió a seguir trabajando de forma “integral y participativa” tanto con la sociedad civil como con la industria alimentaria, a la que consideró “parte de la solución”, para promover un consumo sostenible y saludable.

“No siempre vamos a estar de acuerdo en la fórmula y nosotros no somos árbitros, sino actores con un objetivo muy claro, hacer prevalecer la salud de los más vulnerables”, remarcó, para señalar que la propuesta regulatoria que está preparando Consumo para restringir la publicidad de alimentos y bebidas no saludables va a “contribuir a que nuestros niños y niñas tengan hábitos de consumo y de vida saludables que les permitan tener una mejor salud física y mental”.

El ministro advirtió de que la alimentación incide “de manera decisiva en nuestra salud individual y en la del planeta” y abogó por “la reflexión y el aprendizaje colectivo” para abordar un problema “tan preocupante” como el de la obesidad. “En España es un verdadero reto de salud pública desde hace más de dos décadas”, puntualizó, para indicar que más de la mitad de la población adulta española, un 53%, presenta exceso de peso y, de estas personas, un 16% padece obesidad.