Según informó este miércoles la Policía, los dos responsables de la trama han sido detenidos en la capital catalana y se han bloqueado 13 cuentas bancarias, seis cuentas de una plataforma de pagos y seis páginas web. También han sido eliminados los perfiles de los arrestados en las más importantes redes sociales.

La investigación comenzó tras la denuncia de los representantes legales de dos marcas internacionales de ropa deportiva, cuyos responsables se percataron de la venta, a través de diferentes páginas en Internet, de zapatillas que aparentaban ser modelos originales de sus compañías.

Las pesquisas permitieron identificar a las dos personas responsables de la actividad ilícita, quienes paulatinamente habían creado un entramado de páginas web a través de las cuales ofrecían calzado deportivo de diversas marcas de prestigio internacional. Las comercializaban a un precio similar al de mercado, lo que, sumado a la alta calidad de la confección de las falsificaciones, permitió a los arrestados obtener un gran volumen de clientes tanto en España como en el extranjero.

DE CHINA AL COMPRADOR

Se estima que en poco más de un año de actividad comercial, los encausados lograron ingresos por valor de más de un millón y medio de euros, dinero que tenía en cuentas bancarias españolas. No se descarta que hubieran desviado otros beneficios de la actividad ilícita a diferentes plataformas extranjeras de pago en línea.

Con la intención de dificultar las pesquisas y dotar de una apariencia de legalidad al negocio ilícito, los investigados habían fundado dos sociedades en Barcelona, cuyo objeto social era el comercio al por menor a través de Internet, dando así una mayor credibilidad a la originalidad de los productos ofrecidos y blanqueando el origen ilícito de sus ingresos.

Los artículos falsificados los adquirían directamente a proveedores ubicados en China, mercancía que posteriormente ofrecían en sus tiendas de Internet, pero sin necesidad de almacenarla, ya que utilizaban el modelo de distribución denominado 'dropshipping'. Consiste en que los productos se remiten directamente de fábrica al cliente final sin necesidad de pasar por la custodia de los investigados. Este modelo de distribución resultaba muy beneficioso para los investigados ya que de ese modo no necesitaban contar con un lugar para el almacenaje de sus productos.