Conceder a los niños muchos más regalos de los que se debería puede fomentar actitudes negativas como la falta de esfuerzo, de realización, necesidades consumistas, la ausencia ética, la competitividad y la nula percepción del valor de las cosas. El juego es una de las principales vías a través de las que adquieren las competencias emocionales, comunicativas o de razonamiento.

La infancia es la etapa de mayor aprendizaje de la vida. Por ello, supone la oportunidad idónea para enseñarles el valor de las cosas importantes. La doctora Lorena Sánchez, psicóloga infantil y miembro de Doctoralia, explicó que la gran cantidad de regalos que reciben en Navidad pueden crear un resultado contrario al intencionado y provocar que no puedan centrar su atención en todos, lo que genera desinterés por la mitad de ellos.

Recomienda que los regalos sean diferentes para ayudar en su desarrollo y que dispongan de diversas funciones educativas. Además, afirma que “es esencial poner límites al resto de familias respecto a lo que les puedan regalar”.

Por su parte, la psicóloga de BluaU Sanitas María García Salinas indica que los regalos de Navidad son “clave” para inculcarles valores como el compañerismo, la generosidad o la importancia de valorar las cosas que tienen y las necesidades reales de cada uno.

Los juguetes de madera estimulan los sentidos, la creatividad y la imaginación; los juegos de mesa ayudan a trabajar sus habilidades sociales, y los libros y cuentos son “una gran herramienta” para la educación e inteligencia emocional. Estos son algunas de las propuestas de la doctora Sánchez.