Al llegar a la sede del PSOE para participar en la reunión del Consejo Territorial, Griñán sentenció que ante un fracaso la responsabilidad es “de quien ha fracasado”, del equipo y nunca “del árbitro”.

Con esa idea, eximió de responsabilidad al Banco de España, y aseguró que culpar al regulador es “desviar la atención”, es como “echar la culpa a la policía cuando se comete un delito”.

Griñán cree que España vive una situación de “grave riesgo” que requiere el diálogo entre el Gobierno y el PSOE, tal y como ha pedido también el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuya línea de oposición respaldó expresamente.

Es una situación que requiere diálogo y consensos más allá de la aritmética parlamentaria con la que cuenta el Gobierno por su mayoría absoluta, y sobre todo para que la reforma que se apruebe sea “la definitiva, porque más tiempo no podemos perder”.

El objetivo priotario, en su opinión, es que vuelva a fluir el crédito y resolver la “debilidad” que ha mostrado España por su endeudamiento privado, preservando los servicios esenciales y hablando entre todos no de quién tiene que recortar sino cuáles son las políticas prioritarias, al margen de que correspondan al Estado o las comunidades autónomas.

Para ello, el PSOE ha pedido reiteradamente al Gobierno que convoque una conferencia de presidentes, algo que volverán a reclamar desde el Consejo Territorial todos los dirigentes regionales.