Según informó hoy la Dirección General de la Guardia Civil, en el transcurso de la operación, desarrollada en Madrid y denominada “Moscardó”, se ha procedido a la detención de 4 personas y a la imputación de otras 2, que formaban parte de un grupo dedicado a distribuir dichas sustancias prohibidas.

En los registros se han intervenido más de 2.200 envases que contenían sustancias importadas de China, más de 60.000 cápsulas utilizadas para las fórmulas, un vehículo, 6 soportes informáticos, 36.600 euros en metálico, botes, etiquetas y diverso material para la preparación de los pedidos.

La operación se inició tras la denuncia interpuesta ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, a raíz de la hospitalización de una persona a la que se le había dispensado esas pastillas, cuya ingesta había supuesto un grave perjuicio para su salud.

Dicha denuncia fue presentada por la Dirección General de Ordenación de Inspección de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, con el apoyo técnico de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), a la vista de un informe del Instituto de Toxicología, sobre la composición de las pastillas a base de sustancias prohibidas.

De este modo, la Guardia Civil puso en marcha una investigación que permitió descubrir una trama que conseguía de forma fraudulenta fabricar, prescribir, almacenar y distribuir sustancias ilegales introducidas desde terceros países, para mezclarlas con medicamentos prohibidos, antidepresivos y laxantes.

La red estaba jerarquizada y cada uno de sus integrantes tenía asignadas sus tareas. Uno era el médico que prescribía las sustancias, otra persona era la administradora de la empresa, otro distribuía las fórmulas y otro se encargaba de la gestión de los paquetes.

A las víctimas, tras una primera consulta en la que no pasaba ningún tipo de control médico, se les prescribía y facilitaba el tratamiento, tras el abono de una cierta cantidad de dinero. Posteriormente, los tratamientos se solicitaban por teléfono al médico que los había prescrito.

Algunas víctimas sufrían efectos adversos cuando consumían las sustancias, e incluso en alguos casos tenían que ser hospitalizadas y comunicaban al médico que lo que les había recetado tenía efectos nocivos. El médico manifestaba que eran síntomas normales y les invitaba a cambiar el tratamiento por otros más suaves, sin coste adicional alguno.

Los cabecillas de la red, eran una pareja, que cambiaban la sede de la consulta continuamente para no ser localizados por las víctimas y dificultar la labor policial. Los detenidos e imputados son D.S.L.R, A.L.C.S, L.A.C.G, M.R.T, F.L y J.B.Z. Cuatro varones y dos mujeres, con edades comprendidas entre 39 y 56 años, de nacionalidades argentina, ecuatoriana y lituana, todos ellos vecinos de Madrid.

Algunos de los compuestos suministrados contenían sibutramina, compuesto que tiene suspendida su autorización de comercialización por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), por los riegos potenciales que conlleva su ingestión