(Entrevista)Una nueva visión de la historia de la ciencia

- Entrevista a Miguel Artola y a José Manuel Sánchez Ron, autores de "Los pilares de la ciencia"

MADRID
SERVIMEDIA

Miguel Artola y José Manuel Sánchez Ron, dos de los más prestigiosos historiadores del panorama académico español, se han unido para ofrecernos una nueva visión de la historia de la ciencia. Su nuevo libro no es una obra más. Las cerca de 800 páginas de "Los pilares de la ciencia" están plagadas de anécdotas y curiosidades, y buscan saciar “el apetito desenfrenado” que tienen los lectores por ampliar sus conocimientos científicos. Servimedia ha hablado con los dos autores.

Están presentes la expansión del universo, la evolución de las especies, la alquimia, las radiaciones, la tabla periódica de los elementos, la clonación, el cálculo infinitesimal... Esta obra reconstruye la historia de la ciencia buscando las bases, conceptos y dominios centrales en los que se manifiesta la naturaleza.

Sus autores son José Manuel Sánchez Ron, catedrático de Historia de la Ciencia en la Universidad Autónoma de Madrid, y Miguel Artola, uno de los más prestigiosos historiadores españoles. En 1991 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, entre otros premios.

En "Los pilares de la ciencia", Artola y Sánchez Ron evitan el "modus operandi" de tantos otros autores que, simplemente, se limitan a exponer una secuencia de los principales hitos y personajes de la historia. Según Artola, su libro “está contado de otra forma”, por lo que “uno puede llegar a la conclusión de que, en comparación con otros, habla de cosas distintas”.

“'Los Pilares de la ciencia' tiene una virtud excepcional”, añade este historiador, “y es que se puede empezar a leer por cualquier capítulo”. Sánchez Ron lo corrobora: “He regalado un ejemplar a un amigo, ¡y ha comenzado por el capítulo de cuántica!”, reconoce.

UN LIBRO “NECESARIO”

Los autores consideraban “necesario” publicar “un libro como éste”. Sánchez Ron asegura que el proyecto surgió tras años de discusión. “A lo largo del tiempo y de años de amistad, quisimos constatar unos puntos de vista acerca de lo que significa la historia. Y, bueno, de ahí surgió la estructura a la que responde el libro”, añade.

Miguel Artola replica entre risas que esta versión “no es muy exacta”. “Yo le criticaba que los científicos no saben escribir, ése era el punto de partida. Y, un día, le hice una propuesta formal de matrimonio: le dije que teníamos que escribir una historia de la ciencia”. Casi tres años después, su obra ve la luz.

Con este trabajo, publicado por Espasa, Artola y Sánchez Ron ofrecen una nueva visión de la historia de la ciencia. “Hablamos de ‘pilares’ porque el libro pretende explicar en qué se fundamenta, cómo surge y cómo se estructura la ciencia. El libro va reconstruyendo el pasado histórico de una manera que no es cronológica, sino centrada en esos pilares”, explica Sánchez Ron.

“Pero, ¿hemos recogido toda la historia de la ciencia en 800 páginas? Todas las ciencias se dividen en especialidades. En ese catálogo infinito, faltarán sin duda algunas disciplinas, es inevitable. Pero no creemos que se nos haya pasado ninguna de las grandes ciencias de la naturaleza. Hemos incluido todo lo que hemos considerado fundamental para configurar esos pilares”, añade este experto.

La ciencia española también está presente en esta monumental obra, y lo hace a través de Santiago Ramón y Cajal, “el biólogo más citado actualmente en el mundo”, según Artola.

UN “APETITO DESENFRENADO” POR SABER

Y, ¿qué fin persiguen los autores con la publicación de este libro? Según Miguel Artola, su objetivo “está perfectamente claro”: saciar “el apetito desenfrenado que tiene la gente por saber qué es la ciencia”.

“Los lectores tienen un apetito frustrado, porque jamás les han explicado qué es la ciencia. Se sienten rechazados por unas formulaciones, unas proposiciones y unas fórmulas que no entienden, y por una jerga y una terminología que no han aprendido, porque no están en condiciones de aprender. Y nosotros hemos decidido contar esta historia en términos sencillos y actuales”, añade.

Sánchez Ron también presume de que a lo largo de sus 800 páginas “hay muy pocas fórmulas y ninguna nota a pie de página”.

ALGUNA QUE OTRA ANÉCDOTA

"Los pilares de la ciencia" está repleto de conocimiento, pero también de anécdotas y curiosidades.

Así, por ejemplo, cuenta que ya Aristóteles reunió suficientes pruebas que demostraban que la Tierra no era plana, o que las primeras impresiones se realizaron en Mesopotamia en el siglo III antes de Cristo.

“Nuestra intención no era tratar estas cuestiones pero, inevitablemente, surgen cosas que llaman la atención. Es un libro sobre fundamentos, pero a muchos de ellos se les adhieren historias”, prosigue Sánchez Ron.

Además, ambos historiadores aseguran que cuando Isaac Newton ejerció de profesor, nadie acudía a sus clases porque no podían seguirle. El libro también desvela que el famoso físico experimentó con una aguja de zurcir y con su propio ojo para llegar a algunas de sus conclusiones ópticas, y da “detalles” sobre el juicio a Galileo por defender las ideas copernicanas y sobre las expediciones que llevaron a Darwin a conocer nuevos mundos.

Aparte de analizar conceptos científicos básicos (como la observación, la especulación, la fuerza y la energía), los dos historiadores explican otras cuestiones “indispensables” para que exista la ciencia, como la comunicación del conocimiento, la creación de laboratorios y academias o la relación entre ciencia y poder.

A este último respecto, y como señala uno de los capítulos del libro, “nada muestra con mayor claridad el poder extraído de la ciencia que la fisión nuclear y las bombas atómicas que Estados Unidos lanzó sobre Japón en agosto de 1945”.

Sus páginas permiten descubrir también que, a partir de 1950, uno de los pilares de la ciencia ha sido la financiación procedente de los departamentos militares de gobiernos de todo el mundo. Como se ve, el libro no tiene desperdicio.

EL FUTURO DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

Tras analizar el pasado, preguntamos a Miguel Artola y José Manuel Sánchez Ron por el futuro de la investigación científica. Y no vaticinan un panorama muy esperanzador para Europa.

“Las potencias emergentes, como China o la India, aspiran a convertirse en líderes mundiales en investigación: son conscientes de que la ciencia da poder. China, por ejemplo, valora más la ciencia que la democracia”, señala Sánchez Ron.

Y teniendo en cuenta que “la investigación y los experimentos son muy caros”, Artola advierte de que “los pequeños países de Europa no tienen, por sí solos, ningún futuro científico”.

“La historia de la ciencia está escrita por Europa en su inmensa mayoría, pero dudo que, en un tiempo equivalente, dentro de mil años, esa circunstancia se vuelva a dar”, lamenta este historiador.

(SERVIMEDIA)
07 Oct 2012
LLM/caa