Iríbar hizo estas declaraciones durante su intervención en la presentación del archivo documental de Gregorio Ordóñez, el que fuera presidente del PP del País Vasco al que la banda terrorista ETA asesinó hace ahora 18 años.

"No entiendo a este Gobierno compasivo que libera a Bolinaga y fomenta el encuentro de asesinos terroristas y familiares de víctimas. No confío en una justicia piadosa que abre las puertas de nuestra democracia a Bildu, que deja hacer a Pernando Barrena como portavoz de Bildu y permite a Rufino Etxeberría reorganizar a Sortu y desde luego reniego de quienes imploran la reconciliación o el perdón", dijo.

MENSAJE ANTE COSPEDAL

Iríbar reclamó "algo tan sencillo como la cárcel para los asesinos de Gregorio Ordóñez y la humillación para sus cómplices" y demandó especialmente al Gobierno de Rajoy "un último ejercicio de dignidad democrática".

La viuda del expresidente del PP del País Vasco se expresó así de contundente en una sala repleta del Círculo de Bellas Artes repleta de dirigentes populares, con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, a la cabeza.

Junto a Cospedal, a la que Iríbar miraba una y otra vez mientras lanzaba sus exigencias al Ejecutivo, estaban sentados los vicesecretarios generales del PP, Javier Arenas, Carlos Floriano y Esteban González Pons.

A su lado, el expresidente del Gobierno y presidente de honor del PP, José María Aznar, aplaudía las palabras de Ana Iríbar, quien demandó al Gobierno "que recupere el discurso de Gregorio Ordóñez, que defienda su inocencia y la de todas las víctimas del terrorismo".

LA DERROTA DE AZNAR

Por su parte, Aznar cerró el acto con un discurso en el que afirmó que "para derrrotar al terrorismo primero hay que derrotar a la mentira" e indicó que "no hay mayor mentira que el relato que equipara a víctimas y a verdugos".

Aznar cargó especialmente contra la vuelta a las instituciones de los representantes políticos de ETA porque "no reniegan del proyecto totalitario que ha causado tanto sufrimiento" y "ni siquiera son capaces de pedir perdón".

Recordó y alabó el legado de Gregorio Ordóñez porque "entendió que la equidistancia es una coartada y el relativismo una claudicación" y porque "entendió que no existe un punto medio entre la libertad y la tiranía, ni entre la democracia y el totalitarismo".

Finalmente, recalcó que la derrota del terrorismo obliga a "impedir que los terroristas consigan sacar adelante el proyecto por el que han asesinado durante 50 años".